Es una historia imperdible. La anécdota tiene tantos detalles sabrosos, que se trata de un verdadero clásico en el folclore futbolístico chileno. Principios de 1996 y la U venía de conquistar el bicampeonato, luego de eternos 25 años de insufrible espera. El pueblo azul no cabía en júbilo y era el momento, además, del mercado de fichajes para renovar el plantel y así luchar por un inédito "tri" y la Copa Libertadores de América.
El entonces presidente de la Corfuch, René Orozco, dejó con la boca abierta a propios y extraños con un anuncio bombástico: La U contrataría a un delantero "Campeón del Mundo"... Expectación total. Claro, en esa época no existían los medios tecnológicos de hoy y los clubes sí podían jugar al misterio en el tema de contrataciones; los "tapados" que se llamaban...
¿Campeón del Mundo?, ¡Caramba! Vélez Sársfield, de la mano de un equipo memorable dirigido por Carlos Bianchi, había sorprendido al planeta entero al ganarle la Intercontinental 1994 al casi invencible AC Milan de Fabio Capello. ¿Será que la U traerá a Omar "Turco" Assad? ¿A José "Turu" Flores? Incluso se pensó en José Luis Sánchez, delantero formado en Unión Española que también estaba en ese plantel...
Quien finalmente llegó a la U, en todo caso, no estuvo ni cerca de cumplir con la ola de expectativas que generó: el refuerzo estrella de los azules fue Fabián Fernández. ¿Quién? Fabián Fernández, "El Pícaro", delantero que si bien, en estricto rigor cumplía con la promesa de ser Campeón del Mundo con Vélez, porque era parte del club de Liniers, no estuvo ni cerca de los roles protagónicos (ni de los secundarios tampoco, convengamos).
Un refuerzo que costó la salida del entrenador de la U
La llegada de Fernández a la tienda universitaria generó un verdadero cataclismo. El plantel se encontraba entonces en Miami haciendo la pretemporada (otros tiempos en el fútbol chileno, claro está) y apenas Jorge Socías, el técnico de la U, se enteró de la novedad puso el grito en el cielo. Él jamás lo pidió, la dirigencia lo contrató sin preguntarle a nadie y la discordia se saldó con un divorcio irreconciliable: el "Lulo" renunció.
Sobre el desempeñó de Fernández con la camiseta azul, el balance fue calamitoso. Jugó apenas un par de amistosos y en uno de ellos (ante Ferrocarril Oeste) llegó incluso a tropezarse vistosamente con el balón, lo que causó las mofas de los hinchas y, de paso, la inmortalidad en el anecdotario futbolístico nacional. En total, "El Pícaro" estuvo 22 días en Universidad de Chile y regresó a Argentina. Un desastre.
¿Qué fue de la vida del "Pícaro" Fernández después de la U?
Luego de su fugaz paso por el fútbol chileno, Fernández volvió a Argentina, donde jugó en Huracán de Corrientes, Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Olimpo de Bahía Blanca, club donde puso fin a su carrera en 1999.
Colgó los botines y no tuvo mucho más que ver con el fútbol. Fue invitado en 2020 a las celebraciones por los 25 años de la coronación mundial de Vélez Sársfield, en que se reencontró con figuras de la talla de José Luis Chilavert o los mismos Asad y Flores. También, estuvo presente en la despedida de las canchas del mítico portero paraguayo.
Aparte de eso, vive en su natal Coronel Suárez, trabaja en una empresa de seguros y, además, se recibió de martillero y corredor público, aunque no ha ejercido esa ocupación. Sus ratos libres los pasa jugando golf y en compañía de su esposa, que se dedica a la docencia. Tiene dos hijos, uno kinesiólogo y otra estudiante de arquitectura.
Según sus propias palabras en una entrevista a un sito web argentino, "lo que gané en el fútbol me permite llevar esta vida tranquila, sin lujos pero sin sobresaltos. Tengo un campo pero no me siento cómodo en ese rubro y entonces lo tengo arrendado".
Pese a haberse transformado en el epítome de los fiascos del mercado de fichajes chileno, Fabián Fernández aún conserva las medallas ganadas en la Copa Libertadores y en la Intercontinental; esas no se las quita nadie. En Chile no funcionó, pero con el tiempo la historia del "Pícaro" Fernández se convirtió en leyenda.