Increíble: La U pagó dos millones de dólares por tres futbolistas y ahora no sabe qué hacer con ellos

La pésima campaña de Universidad de Chile tiene muchas explicaciones; entre ellas, las discutibles decisiones dirigenciales en la conformación del plantel.

La campaña de Universidad de Chile en el Campeonato Nacional 2022 quedará en el recuerdo. No por gestas heroicas, desempeños brillantes ni objetivos logrados (es cierto, aún está viva en la Copa Chile), sino por ser una de las más mediocres deportivamente en la historia del conjunto azul.

A la espera que se ratifique el triunfo por secretaría de Palestino sobre Deportes Antofagasta, La U se salvó matemáticamente del descenso en la penúltima fecha del torneo, pues está en el puesto 13, con 30 puntos, a inalcanzables cuatro unidades de los mismos "Pumas" y Coquimbo Unido. La sensación generalizada, en todo caso, es que los azules no llegaron a la última fecha con posibilidades de perder la categoría exclusivamente porque los que vienen más abajo fueron peores.

Razones hay suficientes, pero una en que coinciden hinchas y especialistas es el poco tino dirigencial a la hora de conformar el plantel. Refuerzos que no rindieron, puestos específicos en que las elecciones no fueron acertadas e, incluso, jugadores que ni siquiera completaron un semestre vestidos de azul antes de dejar la institución (Hernán Galíndez y José María Carrasco).

Al hurgar más en profundidad en las decisiones de la directiva desde hace un par de temporadas a la fecha, también salta a la vista un despilfarro económico que resulta inentendible. Por ejemplo, en los últimos tres años la U gastó en tres jugadores nacionales y cuyos aportes han estado de la media hacia abajo la impresionante cantidad de... ¡Dos millones de dólares! Son patrimonio del club en estos momentos, pero en concreto La U no sabe muy bien qué hacer con ellos.

Los millonarios gastos de la U en contrataciones sin retorno

Pablo Aránguiz, por ejemplo, llegó a Universidad de Chile en la temporada 2020 y hoy, al finalizar 2022, todo apunta a que el jugador no volverá a vestir de azul. La expulsión que sufrió en el partido ante Huachipato, sumado a los problemas extrafutbolísticos que ha protagonizado en los últimos tiempos, tienen al formado en Unión Española prácticamente fuera de los laicos. A su llegada, La U desembolsó 630 mil dólares.

Otro caso significativo es el de Jeisson Vargas, quien luego de una temporada interesante en Unión La Calera recaló este año en el CDA. El ex seleccionado chileno Sub 20 ha tenido una temporada para el olvido, pues a su bajo rendimiento futbolístico agrega una constante intermitencia producto de las lesiones. Debido a una pubalgia, Vargas completó 85 días sin estar disponible. Para que el nacido futbolísticamente en La UC se vistiera de azul, la U pagó 620 mil dólares.

Finalmente, está la situación de Ignacio Tapia, resistido por la parcialidad universitaria y quien nunca pudo afirmarse como zaguero central indiscutido, pese a que tuvo suficientes oportunidades. El defensor de 23 años disputó 19 de los 29 partidos de los azules este año por el Campeonato Nacional (18 como titular) y no supo cómo hacerse indispensable. Al momento del dinero que desembolsó el cuadro universitario para traerlo al CDA proveniente de Huachipato, la cifra luce astronómica: 850 mil dólares.

Mientras Aránguiz y Vargas tienen contrato hasta finales de 2023, el vínculo de Tapia finaliza el 31 de diciembre 2025.

De ese modo, Universidad de Chile gastó un total de dos millones 100 mil dólares (cerca de 2 mil millones de pesos chilenos) en tres futbolistas que, al cabo de la temporada 2022, lucen totalmente prescindibles y un retorno a la inversión parece en estos momentos una quimera.

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