Ángel Guillermo Hoyos se refirió a lo que vivió en Universidad de Chile entre los años 2016 y 2017, en el que consiguió el título del Torneo de Apertura en su primera temporada, el último de los azules luego de un largo ciclo de malas decisiones que no le han permitido volver a ser protagonista en los campeonatos. En entrevista con La Tercera, el extécnico de los universitarios indicó que su etapa en la escuadra universitaria fue "un sentimiento, es una de las etapas más felices de mi vida. No lo puedo esconder, no solo a nivel profesional, sino también familiar. Tuve un plantel extraordinario, al cual estoy eternamente agradecido, por aceptarme, por ser parte del grupo para tratar de conseguir cosas todos juntos. Luego dar gracias a la institución que permitió compartir con jugadores de primer nivel, que sacaron campeón a la U, la estrella número 18", expresó. Consultado sobre qué le faltó para desarrollar el proyecto total en el CDA, Hoyos es claro. "Lo que pasa es que se dio una cosa que nadie esperaba. Tuvimos una semana en la que nos fue muy mal (la U perdió 6-1 con La Calera y cuatro días más tarde 7-0 con Cruzeiro), que fue de terror y obligó a nuestra salida del club. Fue muy doloroso", afirmó. "Yo, contra Cruzeiro, me entero en la mañana que no podía dirigir en campo a la noche, ya que la Conmebol me había suspendido por entrar 17 segundos tarde a la cancha, porque había un jugador con diarrea o alguna complicación que no recuerdo. Ese es el dolor que uno tiene. La forma que se dio, yo viendo el partido en el hotel con un colaborador, llamando a la cancha con las líneas colapsadas, con mucha gente en el estadio, no llegaban los mensajes de WhatsApp, una odisea… Pero bueno, lo acepto, siempre asumí la responsabilidad", agregó. Finalizando, el estratega argentino, profundizó en los planes que tenía en Universidad de Chile que no pudo consolidar debido a su temprana salida. "Nosotros teníamos un proyecto importante, que Carlos (Heller) lo sabía y la dirección deportiva también. La idea era traer jugadores jóvenes que crecieran con los monstruos que teníamos, apoyados por los chicos de las inferiores. En 17 meses demostramos que sí sabíamos para donde íbamos. En el primer torneo (Apertura 2017) fuimos campeones, en el segundo (Clausura 2017) peleamos hasta tres fechas antes del final y llegamos a la final de la Copa Chile, que perdimos con Wanderers, pero hay que llegar a la final. Cuando nos sacaron estábamos segundos detrás de la Católica. Competimos siempre, en todos los torneos peleamos arriba", cerró.