Nicolás Guerra y Jimmy Martínez ahora son figuras: por qué brillan después de salir de la U

Ambos jugadores pidieron salir del club para buscar nuevos aires. "Hay jugadores que no gestionan bien la presión", explica un sicólogo deportivo.

"Estaba desmotivado en la U. Él necesitaba salir de la U por un tema de tranquilidad emocional, muchas cosas que hoy tiene acá", señaló hace un par de semanas Jaime García, consultado por el increíble renacer de uno de sus nuevos pupilos en Ñublense, Nicolás Guerra.

El delantero, uno de los grandes proyectos de la cantera azul en los últimos años, se fue estancando progresivamente y en la pasada temporada se transformó en uno de los jugadores más criticados por la hinchada. Pese a tener varias oportunidades, Guerra no logró consolidarse en el equipo que lo formó y, terminada la temporada, le pidió a la dirigencia partir a otro club.

Lo mismo ocurrió con otro jugador que cada vez que jugaba se transformaba en tendencia en redes sociales, por su bajo rendimiento: Jimmy Martínez.

El volante, que pasará a la historia como el hombre a quien Rafael Dudamel decidió utilizar como titular en lugar de Walter Montillo en la recta final de la campaña, no cumplió con las expectativas de su fichaje en 2019 desde Huachipato y también solicitó un cambio de aire.

"Nos manifestó su deseo de salir", reconoció en su momento uno de los directores deportivos de la U, Rodrigo Goldberg, para explicar el fichaje de Martínez en Deportes La Serena.

¿El resultado? Para incredulidad de los seguidores del cuadro laico, ahora ambos son figuras en dos de los equipos revelación del campeonato, que están peleando en la parte alta de la tabla. Martínez ya lleva más goles en la Cuarta Región que en dos temporadas en Universidad de Chile, mientras que Guerra está entre los jugadores con más asistencias del torneo nacional con la camiseta de los "Diablos Rojos".

La diferencia entre los que triunfan en equipos grandes, y los que no

"Los jugadores tienen una forma de comportarse, dependiendo de dónde están", analiza el reconocido sicólogo deportivo Rodrigo Cauas a Encancha. "Hay futbolistas que serán distintos estando en equipos con menores expectativas que en la U, o en algún otro equipo de los denominados grandes. Sino, a todos les iría bien y ninguno fracasaría".

Para Cauas, quien ha trabajado en casi una docena de equipos profesionales en Chile, explicar los casos de Nicolás Guerra y Jimmy Martínez tiene dos aristas: las expectativas y el manejo de la presión.

"Claramente si yo llego a un club donde las expectativas son menores, tiendo a 'someterme' a eso y mi nivel puede bajar si el objetivo es solo mantener la categoría, o solo salir a defenderse en los partidos. Por el contrario, en un proyecto más ambicioso mi nivel de eficacia aumentará; las actitudes se transmiten y se reflejan, y si tengo compañeros acostumbrados a pelear por el éxito, eso me 'contaminará' positivamente", apunta.

"Y por otro lado, evidentemente que hay jugadores que no gestionan bien las emociones frente a lo que significa la presión de competir en un club donde la hinchada es mayor y las metas son más altas", indica Cauas. "Ahí lo que influye es el manejo de las emociones: si tengo un alto nivel de ansiedad y no lo manejo bien, bajaré mi nivel de autoconfianza, y eso implica que en los partidos que esté jugando, si me equivoco en una pelota esa frustración es mucho mayor por la resonancia que tiene ese equipo".

"La gestión y el manejo de la ansiedad y la frustración es lo que diferencia a algunos jugadores que pueden desarrollarse en ambientes de mucha presión, y otros que no tanto", concluye el sicólogo deportivo y experto en coaching.

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