Sergio Vargas, uno de los dos directores deportivos de la Universidad de Chile -el otro es Rodrigo Goldberg-, vive días de incertidumbre en el club.
Si su futuro no estaba del todo claro con los no tan convincentes resultados de Rafael Dudamel en el "León", ahora es aún más incierto con la llegada de los nuevos controladores de la U, que aún no dan luces de cambios en el grupo de personas que toma las decisiones deportivas en la institución.
"Es más fácil ser futbolista que dirigente; se disfruta más. Cuando eres futbolista, los resultados pasan por tus manos, en mi caso... Como dirigente no juegas. Tu situación está en la manos de otros muchachos", reflexiona el "Superman" en conversación con el diario La Tercera.
Idolatría en la U en juego
Estar en la dirigencia de la U ponía en riesgo la idolatría que alcanzó Vargas en el arco de la U, y el propio portero lo sabía de antemano: "Para alguna gente quizás nunca fui ídolo, pero los que te consideran ídolo lo hacen en todas las situaciones. El ídolo también tiene que ver con el nivel futbolístico y las emociones. No se razona. Para la gente que soy un ídolo hoy, siempre lo seré".
En ese sentido, no se siente un "vendido" por haber criticado duramente a Azul Azul en el pasado y ahora trabajar allí: "Si es por eso, me vendí a la Corfuch, me vendí al síndico porque también trabajé en la quiebra y le puse el hombro cuando muchos arrancaron. Y el día de mañana, cualquier ídolo o referente que trabaje en Azul Azul será un vendido".
Por último, abordó nuevamente las críticas que suele hacerle Johnny Herrera a él y a otros ídolos del "Romántico Viajero", luego de su bullada salida del club.
"Herrera hace muchísimos años que viene criticando a mucha gente, incluyendo a otros exjugadores. A Rivarola, a Víctor Hugo Castañeda, que son jugadores que dieron mucho por la U. No me molesta, para nada. Me resbala lo que pueda llegar a decir Johnny Herrera. Le ofrecimos una despedida y retiramos la camiseta 25, pero él no aceptó, quería seguir jugando", finalizó.
