La reactivación de la venta de acciones de Carlos Heller a un grupo de inversionistas estadounidenses generará un antes y un después en la historia administrativa de la U. Con la partida del hasta ahora controlador de Azul Azul, la concesionaria tendrá la mayor renovación que haya visto desde que controla los destinos del club, hace casi 15 años.
Este martes, un día después de darse a conocer la noticia, se confirmó el movimiento accionario en la Comisión del Mercado Financiero, identificando como los compradores a un conglomerado de empresarios gestionado por la compañía Sartor, la misma con la cual Heller había negociado en 2020, antes de arrepentirse a último minuto.
Convencido de que este grupo de inversores quieren lo mejor para la institución y son ajenos a la industria del fútbol, sin relación con empresarios o agentes de representación, el dueño del grupo Bethia se deshace finalmente del 63,07% del paquete accionario que le permitía controlar a la U, pese a haber dejado la presidencia hace casi dos años asumiendo un rol más anónimo.
De todas maneras su mano se notaba en el club, sobre todo por el detalle de que tenía a siete de los directores de Azul Azul, elegidos por él. Entre ellos, el expresidente José Luis Navarrete, quien siguió en la mesa, y su reemplazante, Cristián Aubert.
Este último será el único que seguirá, una vez se oficialice el movimiento accionario en 45 días más. A los nuevos dueños les gusta su gestión y quieren retenerlo, pero no sucederá lo mismo con el resto de "la gente de Heller", entre ellos, Rodrigo Goldberg y Sergio Vargas.
Ambos referentes azules tienen un rol único en el fútbol chileno. Son directores, pero no tuvieron que comprar acciones para ganar ese puesto, sino que fueron posicionados por Heller para que cumplan las funciones de gerentes deportivos. Aunque las decisiones futbolísticas son consensuadas por el directorio, son el "Polaco" y el "Superman" quienes llevan las gestiones, negocian y se reúnen con representantes, jugadores y entrenadores.
Un rol por el cual, dadas las pobres campañas recientes del equipo, los ha puesto en la palestra de las críticas de los hinchas, que los han sindicado como los culpables de los malos resultados.
Para ellos, sin embargo, puede haber una buena noticia, ya que también se marcharán. Tal vez no totalmente del club, pero sí en las funciones que cumplen actualmente. De hecho, según informa El Deportivo, la intención de la nueva administración es tener una gerencia deportiva más "normal", que funcione como un estamento individual como ocurre en la gran mayoría de los equipos de fútbol en Chile y el mundo.
¿Se puede salvar alguno? Eso lo decidirá la nueva dirección, ya que es casi un hecho que la labor compartida que realizaban ambos se acabará, y la U pasará a tener solamente un encargado de velar por los fichajes y contrataciones de ahora en adelante.