La mayor consecuencia tras la eliminación de Universidad de Chile de Copa Libertadores es que el club dio por finalizado su proceso de refuerzos para esta temporada. En Azul Azul consideran que, ahora que no habrá competencia internacional, el plantel es demasiado extenso y por eso el enfoque es ahora tratar de enviar algunos jugadores con contrato a préstamo.
Los "favoritos" de la dirigencia: Nicolás Guerra, Jimmy Martínez y Franco Lobos, ya que ninguno es prioridad para Rafael Dudamel. Otro que no tiene cabida para el DT es Brandon Cortés, ya que el formado en Boca Juniors no ha logrado convencerlo y apenas ha jugado desde que llegó a fines del año pasado como refuerzo para la recta final del último torneo.
El problema con el argentino de padres chilenos es que su carta no pertenece en un 100% a la U, ya que la mitad de su pase aun es de los "Xeneizes", por lo que más allá de las razones futbolísticas, las arcas azules no se beneficiarían demasiado. Y es por eso que la concesionaria está considerando seriamente cancelar el dinero necesario para que Cortés sea jugador azul de tomo y lomo.
¿El costo? 600 mil dólares por el restante 50% de su carta.
Lo curioso, sin embargo, es que Dudamel no podrá contar con el lateral izquierdo que todavía le falta en el equipo para poder reemplazar a Jean Beausejour porque el principal candidato, Jens Buss, aun no logra arreglar su salida desde Curicó Unido. Para liberarlo, los "Torteros" están pidiendo 100 mil dólares, cantidad que en la U se han negado a cancelar, por lo que es el mismo jugador el que está tratando de solucionar el tema.
En otras palabras, la dirigencia del cuadro azul está dispuesta a pagar seis veces más por un jugador al que luego quiere enviar a préstamo de lo que le cuesta otro que podría ser un aporte inmediato dentro de la cancha.
La gran explicación obviamente va por el lado económico, ya que si Cortés logra tomar continuidad en otro equipo, eso podría generar enormes ganancias a futuro ahora que pertenece al club.