Lentamente se está cumpliendo lo que en la U más temían. Lo que empezó esta semana como un caso positivo por Covid en la previa del duelo de ida por Copa Libertadores ante San Lorenzo poco a poco se ha ido transformando en un verdadero brote en el plantel.
De hecho, para el primer partido contra el "Ciclón" hubo tres descartados de último minuto; dos de ellos iban a ser titulares y Rafael Dudamel tuvo que reemplazarlos el mismo día.
Pero en los días siguientes lo que se esperaba fueran casos aislados demostraron ser un contagio masivo que, poco a poco, ha hecho que el DT venezolano tenga problemas incluso para armar la nómina que tiene que viajar a Buenos Aires para el juego de vuelta, este miércoles en el Nuevo Gasómetro.
Y si entre viernes y sábado aparecieron ocho casos más, los exámenes a los que se sometió lo que queda de plantel este domingo arrojaron tres afectados más. Es decir, 10 jugadores con los que Dudamel no podrá contar. Y tanto o más grave, nueve de ellos titulares en lo que se suponía era la alineación "ideal" de la U para esta temporada.
Con mucho resguardo de la identidad de los jugadores contagiados, ya que por normativa legal no se puede señalar quiénes son a menos que ellos decidan comunicarlo, la situación más crítica está en la zona defensiva, donde casi no quedan jugadores "profesionales" a disposición.
De hecho, Dudamel estaba considerando casi por obligación usar una inédita combinación de laterales juveniles sin experiencia internacional, pero la cirugía tendrá que ser tal que la situación ya se torna desesperada para poder plantar una oncena competitiva contra San Lorenzo.
¿Descalificación? Difícil por el momento, ya que la Conmebol señala que un equipo puede y debe presentarse si puede alinear al menos 7 jugadores sanos, y la U inscribió un total de 44 para la Copa Libertadores. Aunque, claro, muchos de ellos no estaba pensando que fueran ni siquiera al banco de suplentes en situaciones normales.
