En el proyecto institucional de Universidad de Chile, y que se intensificará con la llegada del nuevo presidente Cristián Aubert, los jugadores jóvenes, surgidos en sus divisiones inferiores y eventualmente transferibles al fútbol extranjero son una piedra angular. Y dentro de esos valores, hace bastante tiempo, el nombre de Nicolás Guerra está subrayado. Sin embargo, desde su meteórica aparición en el segundo semestre de 2017, con 18 años recién cumplidos, en Azul Azul han comenzado a ver con preocupación señales de estancamiento. Y mucho más cuando se considera que esta viviendo los últimos meses de un contrato que vence el próximo año. Es decir, la última temporada en que el club puede asegurarse importantes ingresos con un eventual traspaso. Por eso, el mayor protagonismo que estaba viviendo esta temporada con Hernán Caputto se está monitoreando con mucho interés, tanto por lo que le puede dar en la cancha a un equipo en ascenso, como en las finanzas a una institución que necesita ingresos.
La mano de Caputto
No hay que engañarse. Nicolás Guerra sigue siendo uno de los grandes proyectos del fútbol chileno. El 2019, pese a no ser su mejor campaña, Rueda lo llamó a varios microciclos de entrenamiento en Juan Pinto Durán, además de haber sido seleccionado en el Sudamericano Sub 20 que se disputó en nuestro país y en el Preolímpico Sub 23 de Colombia. Pero también es cierto que luego de sorprender con cuatro goles en sus primeros partidos en el profesionalismo le ha costado seguir con el mismo ritmo. Fue por entonces cuando Azul Azul se movió rápidamente, en diciembre de 2017, y lo "blindó" con un contrato por cuatro años. Parecía mucho tiempo, pero hoy el calendario sigue avanzando. De hecho, si según el portal especializado Transfermarkt hace un año su tasación era de 800 mil dólares, hoy su valor de mercado es menos de la mitad de eso: US$ 385 mil. Una baja inusual para un jugador de apenas 22 años. Pero tras perder continuidad con Frank Kudelka y Alfredo Arias, la llegada de Caputto a la banca azul fue como un bálsamo. Todavía no se ha consolidado como titular, pero sí le iba ganando la pelea a Ángelo Henríquez y Jonathan Zacaría por ser el acompañante del indiscutido Joaquín Larrivey en la delantera. Y en Azul Azul -que es dueño del 100% de sus derechos económicos y federativos- esperan que siga siendo la tendencia una vez se reanude la actividad. Así, cuentan en la concesionaria, también se reactivará el interés del par de equipos europeos que habían preguntado por él y que en el último tiempo habían dejado de llamar con tanta frecuencia. Luis Rojas, Franco Lobos y sobre todo Camilo Moya han aparecido como otros potenciales valores exportables, pero Nicolás Guerra sigue siendo la gran apuesta deportiva y económica de la U.