Una verdadera desgracia deportiva es la que vivió Milan Tudor hace algunas semanas en la Universidad Católica. El delantero de un momento a otro dejó de estar en la consideración de Tiago Nunes, y justo cuando había concretado su tan anhelado debut en el profesionalismo. ¿Qué ocurrió? Rotura de cruzado en su rodilla y adiós al 2024.
“Es una pena. Ha tenido mala suerte con (Cristián) Paulucci, con (Ariel) Holan también, donde tuvo algunos problemas de tobillo. Me acuerdo que cuando iba a debutar en su minuto, cayó mucha agua en Santiago y el rugby dejó la cancha del Santa Laura para la historia. Jugó un amistoso con Coquimbo este año, después debutó profesionalmente con Wanderers, donde tuvo que salir por la expulsión de un compañero, pero lo había hecho relativamente bien”, le cuenta Luka, su padre, a En Cancha.
El exfutbolista, recordado entre otras cosas por hacer 7 goles con la camiseta de la UC en un partido ante Antofagasta, se refiere a esta lesión como “una de las más jodidas para un futbolista, peleando por ser la uno o la dos, porque también está la del corte de tendón de Aquiles”. Afortunadamente, Milan pasó por el quirófano y la operación fue satisfactoria, cuenta.
-¿Cómo está él anímicamente?
-Por supuesto que hubo una amargura de todo su entorno, especialmente de él, pero lamentablemente esta pega es así, es muy jodida, porque cuando andas muy bien, una lesión te puede botar todo el castillo. Pero hay que seguir nomás, él es un tipo mentalmente muy fuerte. Ya está haciendo su recuperación kinésica. Es parte de esta vida deportiva.
-A ti te tocó vivir lesiones, así que los consejos que le puedas dar valen mucho en estos momentos...
-Él es un jugador que, a diferencia mía, está muy bien preparado físicamente. Él pesa 83 kilos, y yo pesaba 75 porque casi no tenía músculo. Eran otros tiempos, no se privilegiaba tanto ese aspecto. Claro, tenía talento, pero cuando salí a Europa entendí que había que trabajar el físico también, y ahí en Suiza fue la primera vez que me lesioné. Él tiene otra capacidad muscular, mucho mejor, y hasta los doctores decían al principio que no había rotura del cruzado.
-¿Cómo así?
-Sí, de hecho, a él se demoraron en operarlo 2 o 3 semanas, y no porque no lo quisieran operar, sino porque se hizo una recuperación kinésica pre-operatoria para ver qué rango de movimiento tenía. Los jóvenes de hoy están preparados de mejor forma que nosotros. Es más, cuando lo operaron, increíblemente al día después lo mandaron para la casa, y yo decía pero cómo, si en mis tiempos eso no existía.
-¿Qué recomendaciones le dieron?
-Que camine altiro porque o si no la zona se atrofia. Lo bueno es que su musculatura es buena, y la musculatura tiene memoria. Eso hace que su recuperación pueda ser más rápida de lo normal.
-¿Y la parte sicológica?
-Bueno, la parte mental es fundamental. Yo me he preparado mucho este tiempo, leyendo, informándome, y le digo que esto es una prueba importante en su vida, un escollo, una valla que le va a servir para doblegar todo lo malo que le ha pasado. Además, le va a servir para analizar qué foco quiere darle a su carrera, para dónde va, qué es lo quiere lograr. Él es un tipo que entrena aparte también, no solo en el club.
-Suena a una prueba de carácter.
-No hay mucho que hablar la verdad, sino que ir entendiendo las etapas. Obviamente que la primera es la de la tristeza, la de la pena, la amargura por haber sufrido esto. En buen chileno, es sacarse la mierda y de repente todo se derrumba. Él estaba empezando a estar en la órbita del equipo y pasa esto. Por ahí habían hablado de la posibilidad de salir a Cobreloa, y la verdad es que él quería irse porque, siendo realistas, es difícil que juegue con Nicolás Castillo y Fernando Zampedri ahí.
-¿Qué sigue ahora?
-Él tiene mi apoyo y el de toda la familia. Es algo lamentable, pero se pueden sacar conclusiones importantes. Esto te ayuda a saber de qué estás hecho. Va a haber un crecimiento mental muy fuerte por parte de él, porque en estas situaciones te enfrentas cara a cara con la frustración. Hay mucha sicología involucrada, emocionalidad, y eso tendrá que ir llevándolo él. Mi labor de padre será siempre tirarlo para arriba. Que no se apure, porque estas lesiones pueden tener secuelas. Dentro de todo, él está tranquilo, ya pasó el golpe fuerte.