Ciclo terminado. Nicolás Núñez dejó de ser el entrenador de la Universidad Católica esta semana y quizás de una de las maneras más desprolijas del último tiempo.
El directorio de Cruzados se reunió de emergencia la noche del miércoles, y a la mañana siguiente, cuando el DT se disponía a liderar un nuevo entrenamiento, se le comunicó la noticia: no había necesidad de bajar a la cancha pues se había tomado la decisión de cesarlo de su cargo.
Cerca de 8 meses en la banca de la UC y 18 partidos disputados (5 victorias, 6 empates y 7 derrotas) son los números que dejó el ex Magallanes en San Carlos de Apoquindo. Le fue mal, sí, pero se arriesgó a dar el salto a un equipo grande, sin importarle cómo le iba a ir y en qué posición quedaría su carrera en caso de un eventual fracaso. De hecho, de eso habló con En Cancha en noviembre del año pasado.
“Sé que ese modo de pensar está en el aire y por ahí te hace dudar, pero personalmente nunca pensé en si mi carrera se quemaba o no en un equipo grande. Creí que la oportunidad era perfecta para lo que yo me había preparado”, señaló a este sitio en aquella oportunidad.
“No me cuestioné tanto la verdad. En el fútbol te va a ir más veces mal que bien, eso es un hecho, porque gana solamente uno. Sé que en el entorno se hablaba mucho, pero el deporte se trata de caerse y levantarse, así que no tuve dudas a la hora de asumir”, añadió.
¿Qué viene para la Universidad Católica?
El plantel precordillerano ahora quedó en manos de Rodrigo Valenzuela, quien se alista para asumir un nuevo interinato en los Cruzados.
El exjugador de la UC será el encargado de repartir instrucciones en el duelo más próximo del equipo en el Campeonato Nacional -este lunes 11 de marzo a las 19:00 horas ante Everton de Viña del Mar-, mientras la dirigencia se da al trabajo de buscar al sucesor de Núñez.