En la Universidad Católica cambiaron el chip para este 2024 y se juramentaron pelear por todo. Eso quedó claro con los movimientos en el mercado de pases, donde los Cruzados ficharon a 7 jugadores para cambiarle la cara a un club que viene de dos años de intrascendencia futbolística.
El último en arribar a la precordillera es Joaquín Torres, volante -y a veces delantero- argentino que dejó el Philadelphia Union de la MLS para desembarcar en San Carlos de Apoquindo. Con experiencia europea también, pues defendió al Volos de Grecia, no se arrepiente de la decisión de venir a Chile y convertirse en jugador cruzado.
“No lo veo como un retroceso. La UC es un club que pelea y eso para un jugador es una motivación importante. Estás en competencia todo el tiempo y lo tomo como un nuevo desafío, como un paso hacia adelante en mi carrera. No es lo mismo fichar en un club para terminar quinto o sexto, que venir a uno donde hay que pelear el campeonato y ser protagonista”, le contó a ESPN.
Torres apenas está acoplándose a los trabajos liderados por Nicolás Núñez en Las Condes, pero ya avisa: “Quiero ganarme un puesto y obtener regularidad para ayudar al equipo”.
Mal comienzo para la UC
El trasandino tuvo que ver cómo la Universidad Católica cayó en el debut en el torneo ante Ñublense. Para Torres, no hay de qué preocuparse, pues el equipo tiene las herramientas suficientes para dar vuelta la tortilla.
“Por la primera semana que tuve, creo que hay grandes jugadores para revertir la situación. Sí, fue un tropezón, pero no debería volver a pasar por la calidad de futbolistas que tenemos y el sistema de entrenamientos que estamos llevando a cabo. Hay mucha competencia interna y eso nos ayuda a levantar el nivel a todos. Es un desafío mayor, es un equipo grande y la obligación está todos los fines de semana. Cuando no ganas, retumba, hace ruido, pero a partir de este sábado tenemos que mentalizarnos en ganar los 3 puntos”, cerró.