El 2023 de Carlos Salomón no ha sido fácil. El formado en Universidad Católica, cedido por esta temporada a Deportes Santa Cruz en la Primera B, llegó tan solo a la Fecha 5 de aquel campeonato. ¿La razón? Una desgraciada lesión de ligamentos cruzados -y ambos meniscos- que le puso fin a su año futbolístico de manera anticipada.
“Fue en un entrenamiento, en un choque con un compañero. Obviamente una jugada de fútbol, pero saqué la peor parte”, le cuenta a En Cancha, ya algo más aliviado por el hecho de contarlo con el pasar del tiempo con, incluso, algo de gracia.
“Ya estoy en lo último ya, en la etapa de reintegro. Nosotros terminamos el campeonato de la B y me tuve que volver a Santiago. Ahora estoy con licencia y por temas protocolares no puedo volver a entrenar a Católica hasta que se termine, es decir, a fin de mes”, dice el defensor central, que tiene contrato con los de San Carlos de Apoquindo hasta diciembre del 2024.
-Cuando te lesionaste, ¿supiste de inmediato que era algo grave?
-Sí, porque en el momento que se me dobló la rodilla se llegó a escuchar. Me habían contado que cuando te suenan los huesos es porque la cosa es seria, y eso de inmediato se me pasó por la cabeza. El kinesiólogo me dijo en ese instante que en el peor de los casos podía ser corte de ligamentos cruzados, y en el mejor de los escenarios un esguince de rodilla grado 3. Fue lo primero.
-Y muy mala suerte, porque venías jugando con regularidad...
-Sí, de hecho los tres primeros partidos los jugué de titular, en el cuarto entré desde el banco y solo en el quinto no me había tocado estar. Ahí fue justo cuando me lesioné en la semana y obviamente eso te bajonea, porque uno cuando sale a préstamo lo único que quiere es sumar la mayor cantidad de minutos para demostrarle a tu club que puedes volver. Lamentablemente me pasó. Sé que son cosas del fútbol, pero bueno, te bajonea igual. Al final lo terminé aceptando porque seguir achacado no sirve de nada.
-¿En quién te apoyaste en esos momentos?
-En mi pareja principalmente (Valentina Yáñez), porque es primera vez que me toca salir a jugar en un equipo fuera de Santiago, y tuve la suerte de que viniera a vivirse conmigo a Santa Cruz. El año pasado me tocó jugar en Santiago Morning y tenía a toda mi familia cerca, pero esta vez no. Gracias a Dios tuve el apoyo de ella y hasta el día de hoy lo tengo. Ha sido muy importante para mí. Pasar por esto solo habría sido muy distinto.
-Y seguro la pasaste mal también viendo al equipo, porque terminó salvando la categoría al final...
-Sí, no fue una buena temporada. Por la calidad de jugadores que teníamos, creo que no merecíamos vivir lo que vivimos, pero el fútbol es así. Este año no nos tocó tan bonito, y sí, claro que se sufría al ver a mis compañeros tratar de conseguir resultados que al final no se nos terminaban dando. Nunca nadie quiere estar peleando abajo.
Un eventual retorno a la UC y la ilusión del nuevo San Carlos
“Tengo contrato con Católica hasta el próximo año, así que debo volver. Me comuniqué con el doctor del club cuando terminé la temporada con Santa Cruz, y me evaluaron. Lo bueno es que me encontraron muy bien y hasta me invitaron a terminar el proceso de recuperación en San Carlos, pero aún no puedo por la licencia. Estoy esperando que se acabe para ver si puedo estar unos días allá entrenando mientras se toma la decisión”, relata Salomón.
-Me imagino que después de lo que viviste tienes esa sed de revancha y quieres demostrar que estás para jugar en la UC.
-Sí, obvio. Todos los que salimos a préstamo tenemos la intención de volver, y más al club que te formó y en el que he estado toda mi vida. La ilusión está ahí, latente, me gustaría demostrar que estoy para jugar. No he tenido la posibilidad de hablar con Nicolás Núñez, más allá de haberlo enfrentado como jugador en su momento, pero claro que me ilusiono con ser opción.
-Y Católica está viviendo una especie de crisis, ya con salidas de jugadores incluso, y en defensa está sufriendo mucho. ¿Cómo has visto al equipo?
-No sé si la palabra que usaría es crisis, más allá de que los resultados no han sido los esperados, y cuesta ver al equipo así después de acostumbrarse a salir campeón todos los años. Pero era esperable, todos los equipos te quieren ganar y te van tomando la mano. En estos momentos en donde el equipo no anda tan bien es cuando uno tiene que aprovechar, porque se puede ganar un espacio, solo depende de cada uno. Obviamente, está el factor de la dirigencia, que también tiene que mostrar su intención de que uno se quede. Veremos qué pasa.
-¿Sueñas con jugar en el nuevo San Carlos de Apoquindo?
-Sí, por supuesto. Por lo que han ido mostrando está quedando muy bonito y uno obviamente se ilusiona. Cuando yo jugué en Católica tuve la mala suerte de hacerlo en pandemia, así que nunca pude hacerlo con la hinchada. Sueño con jugar un partido oficial con público en la UC.