Alexander Aravena es una de las mayores revelaciones de la cantera de Universidad Católica en los últimos años. “Monito”, como es conocido, retornó este año a San Carlos de Apoquindo y tuvo un impacto inmediato en el equipo de Ariel Holan.
En entrevista con La Tercera, el jugador confesó cómo han sido sus primeros meses tras el retorno a Santiago desde Ñublense, además de detalles poco conocidos de su historia para llegar al éxito.
“El equipo está con mucha confianza, mucha seguridad de que queremos ir por todo. Queremos hacer un buen papel también en la Sudamericana, enfrentarnos a Audax y que clasifiquemos. Vamos a dar todo en ese partido, y en el campeonato estamos decididos de que tenemos que pelear arriba, porque tenemos las opciones, el plantel y la jerarquía para pelear arriba y ser campeón”, comenzó declarando.
Para Aravena, la influencia de Holan en el equipo es clave: “Siempre les da muchas chances a los juveniles que van subiendo, como lo fui yo en su momento. Es un profe que sabe mucho, es muy inteligente, analiza muy bien los partidos y creo que ha hecho muy bien las cosas”.
De todos modos, el atacante rescata el aporte que le brindó a su carrera el paso por Ñublense. “Me faltaba más minutaje, jugar más, y acorde a los partidos, ir sumando minutos, confianza del profe. Todo eso me sirvió mucho para hacer un buen año y volver a Católica”, expresó.
En Chillán, también se encontró con un entrenador que puso su desarrollo en el centro, Jaime García. “No tengo nada malo que decir del profe, sino que puras cosas buenas. Me ayudó mucho en el tema de mi confianza, de hacer mi juego. Te da mucha confianza a la hora de ponerte, las indicaciones te las deja muy claras y eso te ayuda bastante”, sostuvo.
Los inicios de Aravena como futbolista
Al igual que cientos de futbolistas, los primeros pasos de Alexander Aravena como futbolista fueron difíciles. El apoyo de gente como el alcalde Tomás Vodanovic, quien en ese momento era su profesor de historia en el colegio Carlos Prats de La Pincoya, fueron fundamentales para decidirse a ser jugador profesional.
“Un día estábamos en Formación Ciudadana y nos pidió a cada uno que sacáramos una hoja del cuaderno y que escribiéramos cuál era nuestro sueño. Varios compañeros querían ser doctores o carabineros, y yo escribí que quería ser futbolista y que mi sueño era llegar al Barcelona. Teníamos que decirlo en voz alta y mis compañeros lo tiraron a la talla”, recordó.
Para el delantero, el respaldo del ahora edil de Maipú fue clave. “Me siguió desde que le dije que jugaba en Católica. Desde ese mismo día estuvo atento a mí, estuvo pendiente de los partidos. Después, salió alcalde y yo también estoy feliz por él, porque le está yendo muy bien”, declaró.
Su familia tampoco olvida sus orígenes, y lejos de eclipsarse con el reciente éxito de Aravena, se mantienen humildes. “Mi papá sigue trabajando en el taxi. Es un trabajo de mucho esfuerzo. Mi papá y mamá siempre están ahí para darme lo mejor. Fue mucho trabajo de parte de ellos; enseñarme como persona, algo que se ve en el día a día; a crecer con humildad... Y gracias a ellos soy lo que soy”, destacó.
El éxodo chileno a Europa en la visión de Aravena
En las últimas semanas han hecho noticia los llamativos traspasos de jugadores de la talla de Clemente Montes, Joan Cruz o Williams Alarcón a clubes de tercera línea en el fútbol europeo. Para el ariete de 20 años, esa no es ni nunca ha sido una opción para él.
“En mi caso quiero hacer bien las cosas, quiero concentrarme en Católica y después aspirar a Europa.. Ahora no me iría. Estoy enfocado en hacer las cosas bien este año en Católica, en consolidarme aquí, y después se verá qué sale más adelante. Pero mi cabeza está puesta en consolidarme”, enfatizó.
Aravena, quien saldrá a la cancha del estadio El Teniente este domingo para medirse ante Cobresal desde las 19:00, sus sueños todavía tiene tiempo para cumplirse, aunque no mucho: “En cinco años me imagino jugando en Europa, en un equipo grande. Me preparo para eso”.