Si la Universidad Católica había metido ruido en el mercado de fichajes con el retorno de Alexander Aravena, hoy sí que armó un verdadero escándalo. Tal como adelantó En Cancha, los "Cruzados" lograron un acuerdo con Franco Di Santo, que de no ocurrir nada extraño, será refuerzo del equipo de Ariel Holan para el 2023.
El delantero argentino, de último paso por el Tijuana de México, vuelve a Chile luego de 16 años. En ese entonces, sorprendió a todo el fútbol chileno en el recordado Audax Italiano de Raúl Toro, que llegó a jugar Copa Libertadores y darle duras batallas al Colo Colo multicampeón de Claudio Borghi.
"Es un jugador de una envergadura física que pocos la tienen. Medía 1,93 y con apenas 16 años, entonces, imagínate... Yo un día lo fui a ver a la juvenil de Audax Italiano, a un partido en el que le dije a todos que no le dijeran nada, porque quería verlo jugar sin que supiera que lo miraban. Me acuerdo que hizo tres goles. Le dije al gerente deportivo que me lo pasara de inmediato al primer equipo. Se demoró seis meses en ser titular y no salió más", recuerda hoy el ex DT de los itálicos en conversación con En Cancha.
"Todos lo querían en el plantel. Era un chico muy humilde, sencillo. Vivió toda su etapa ahí en La Florida, donde una señora que le arrendaba su habitación con su baño. Se iba a pie a cada entrenamiento. Esa humildad con el tiempo tuvo premio. Me hizo muchos goles y era muy obediente, muy dispuesto a aprender. Yo lo jodía a veces porque a esa edad obviamente seguía inocente. Yo trataba de enseñarle cómo jugar en equipo, desmarcarse, hacer jugar a los compañeros. Hasta que un día me llamó Valentín Cantergiani para decirme que me olvide de él porque ya estaba vendido al Chelsea en 7,5 millones de dólares", añade.
¿Qué le espera a Di Santo en la UC?
En cuanto a la lucha que tendrá con Fernando Zampedri en el ataque "cruzado", Toro reflexiona: "Lo que pasa es que Zampedri, pese a ser goleador, lo sacas del área y te hace poco y nada. En ese sentido, si tú me preguntas a mí, prefiero mil veces a Juan Martín Lucero, que aparte de los goles hace jugar a todo el equipo, es más técnico y le hace llegar al arco a sus compañeros. Eso se lo inculcaba a Franco. Yo no sé cómo está él hoy en día, si viene bien, con ritmo o si está lesionado, pero si la Católica lo fichó por algo será".
Ahora Di Santo, de 33 años en la actualidad, afinará detalles para preparar su desembarco en San Carlos de Apoquindo, dándole una alternativa más a Holan, que pretende devolver a los precordilleranos al protagonismo la siguiente temporada.