La Universidad Católica tuvo un discreto 2022, bajándose de la lucha por el Campeonato Nacional de manera temprana, y no pudiendo destacar en Copa Libertadores, Sudamericana y Copa Chile.
Los "Cruzados" quieren renacer en la siguiente temporada y para eso es fundamental no fallar en los refuerzos. De momento, el único en arribar a San Carlos de Apoquindo es Alexander Aravena, repatriado delantero que vivió un gran año en Ñublense, más allá que Eugenio Mena ya tenga un acuerdo de palabra con el club.
Además, en San Carlos de Apoquindo están esperando por la nacionalización de Matías Dituro, lo que dejaría a la UC con tres foráneos en su plantel (Nehuén Paz, Gary Kagelmacher y Fernando Zampedri).
Si el papeleo del portero argentino tiene un final feliz, la dirigencia "cruzada" podrá ir por otro extranjero, aunque no necesariamente se planea llenar todos los cupos, más teniendo en cuenta que hoy se centran los esfuerzos en un solo jugador foráneo.
Guillermo Burdisso, el extranjero apuntado en la UC
Guillermo Burdisso, defensor central que se despidió del Deportivo Cali, tiene conversaciones con el cuadro de Las Condes, y en los próximos días podría haber novedades, más todavía cuando es una petición expresa de Ariel Holan, quien lo dirigió en su estadía en Independiente.
Si el argentino arriba a la Católica, quedarían cuatro extranjeros en el plantel "cruzado" (de un total de 5), y sin contar la situación de Paz. El exjugador de Estudiantes de La Plata no tiene asegurada su continuidad en San Carlos, aunque sí está llamado a presentarse cuando se retomen los trabajos el 12 de diciembre.
Así queda en evidencia que en la UC quieren seleccionar extranjeros con pinzas para la siguiente temporada, para así evitar que se repitan los casos de Lucas Melano y Yamil Asad, de discreto paso por Las Condes.