A la Universidad Católica le resta tan solo un partido para cerrar un 2022 para el olvido: no peleó el título del Campeonato Nacional ni la Copa Chile, y quedó eliminado sin excusas de la Copa Libertadores y Sudamericana. Sumado a ello, le dijo adiós a tres referentes como José Pedro Fuenzalida, Luciano Aued y Germán Lanaro, lo que indica que el próximo año la renovación del plantel viene en serio.
Y en ese 2023 que se avecina, los "Cruzados" deberán olvidarse desde ya de Bruno Barticciotto, delantero que era uno de sus grandes proyectos a futuro, pero que ahora pertenece oficialmente a Palestino, club que compró el 50% de su pase y los derechos federativos.
Para colmo, Alexander Aravena está a un paso de correr la misma suerte. Según supo En Cancha, en Ñublense están convencidos de que el delantero debe seguir en Chillán, y por lo mismo ya se preparan para hacer lo mismo que los árabes: una vez finalizado el torneo, los "Diablos Rojos" harán el esfuerzo para comprar la mitad de su carta y sacarlo definitivamente de la UC.
El mal negocio de la UC
Si esto sucede, la mala apuesta de los precordilleranos tendrá tintes trágicos, ya que en Las Condes planeaban enviarlos a préstamo para que se foguearan y hacerlos volver a San Carlos con más experiencia en Primera. Sin embargo, y pese a que eran del gusto de Ariel Holan, en la Católica deberán hacerse la idea de olvidarse de ellos.
Finalmente, los 11 goles de Aravena en Ñublense y los 6 de Barticciotto en Palestino fueron suficientes para que en aquellos clubes confiaran en ellos. La Católica, por su parte, deberá fijar su mirada en otros agentes ofensivos para reforzar su plantel de cara a lo que será el año 2023.
En lo futbolístico, los "Cruzados" ahora tendrán que jugarse la vida ante Deportes Antofagasta para ver si pueden disputar el plano internacional la temporada que viene.