Unión La Calera vivió su peor período futbolístico de los últimos años durante la primera rueda del Campeonato Nacional de esta temporada, al finalizar últimos en la tabla con tan solo 11 puntos en 15 partidos, hecho que podría justificar la baja asistencia que tuvo el Estadio Nicolás Chahuán Nazar cuando los Cementeros jugaron de local.
Estadio Seguro reveló las cifras de la asistencia al estadio de cada equipo de Primera División y Primera B de la primera rueda del 2024, donde Unión La Calera se ubicó en el penúltimo puesto de los clubes de la máxima categoría, con un promedio de 1.900 personas, solo superando a Cobresal, que convocó 768 personas por partido. En comparación, el año pasado los Cementeros tuvieron un promedio de 2.333 asistentes al estadio, y en La Estrella de Quillota afirman que “cada vez llegan menos hinchas”.
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La Calera y El Salvador son las dos localidades que menos habitantes tienen entre los clubes de la Primera División del fútbol chileno. Pero pese a esto, la baja en la asistencia de la hinchada del cuadro Cementero comenzó hace unos años.
La tendencia sigue a la baja tras la pandemia de Covid-19
Según el análisis del Diario La Estrella de Quillota, el público de La Calera tuvo una buena asistencia a los estadios desde 2017, cuando el club logró el ascenso a Primera División, algo que aumentó cuando se comenzó a utilizar el Estadio Nicolás Chahuán Nazar luego de sus trabajos de reconstrucción, llegando a los 3 mil y hasta 4 mil personas por partido.
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En 2020 incluso los Cementeros pelearon palmo a palmo el título de Primera División con Universidad Católica por gran parte del campeonato, pero la pandemia impactó directamente a la asistencia de público: según informó el mismo medio citado, el último partido con alta convocatoria fue el duelo ante Fluminense por Copa Sudamericana, en febrero de 2020, antes de la paralización del fútbol por la pandemia del COVID-19.
El Campeonato Chileno estuvo en pausa desde marzo hasta agosto de 2020, y tras el retorno a la actividad, los protocolos de seguridad y no poder jugar las copas continentales en el Estadio Nicolás Chahuán Nazar (igual que este año, por problemas de luminosidad según la Conmebol), hicieron que el público bajara la efervescencia que generó durante los primeros años tras volver a la máxima categoría del fútbol chileno.