La séptima fecha del Campeonato Nacional de Primera División fue, sin dudas, una de movimientos trascendentales en el desarrollo del torneo. Uno de los episodios claves se vivió en la Región de Atacama, donde Deportes Copiapó derrotó con contundencia a Deportes Iquique por 3-0, en la primera derrota de la temporada para los Dragones Celestes y que, de paso, le permitió a Universidad de Chile asumir como el líder exclusivo del torneo.
A los hasta entonces colíderes del torneo no les resultó nada de lo planificado en el Luis Valenzuela Hermosilla. Los locales castigaron cada vez que llegaron al arco iquiqueño y los celestes, en contrapartida, anotaron un hito inédito para el torneo 2024: en las seis fechas anteriores habían marcado siempre, cosa que en esta ocasión les estuvo vedada. Por ahí se explica, en buena parte, la primera caída del año.
El entrenador de los Dragones, Miguel Ramírez está consciente de las culpas y su análisis fue directo al grano. “Podíamos haber estado jugando todo el día y la pelota no iba a entrar”, dijo el Cheíto en declaraciones que reproduce La Estrella de Iquique.
El técnico explicó con detalle las falencias que los suyos mostraron en Copiapó: “Nos faltó conectarnos más y el equipo local achicó los espacios. Nos costó adaptarnos a la cancha, cometimos errores en la salida, cosa que en el transcurso del torneo no habíamos tenido. Nos vimos inseguros, sin claridad ni fluidez para jugar”, fue el mea culpa del DT.
Sobre el fin de la racha sin perder, el campeón de la Copa Libertadores de 1991 comentó que era algo que tenía que suceder en algún momento. “Esto iba a llegar y nosotros esperábamos que fuera lo más lejano posible de esta fecha, pero es así y hay que tener los pies en la tierra, ser mesurados”, opinó.
Deportes Iquique debe rearmarse tras la caída en Copiapó
Pese a la derrota, los Dragones Celestes siguen en una posición expectante en las colocaciones. Son segundos, con 16 puntos, a solo tres de la U y a cuatro de distancia del tercer clasificado, O’Higgins de Rancagua. “Quiero sacar la mayor cantidad de lecciones posibles de la derrota en Copiapó. Ahora lo tenemos que asimilar, tomarlo como experiencia y asumirlo individualmente y como equipo”, sentenció Ramírez.
No hay mucho tiempo para lamentos en la tienda iquiqueña de todos modos. El partido que viene será tanto o más complicado que el vivido en Atacama, pues en la octava fecha se medirán ante Universidad Católica, que viene envalentonado luego de la victoria ante Cobresal.
El compromiso entre Dragones Celestes y Cruzados está programado para las 20 horas del próximo sábado 13 de abril, en el Estadio Tierra de Campeones de Iquique.