Jaime García tuvo una merecida despedida de Ñublense de Chillán, elenco al cual arribó en 2019 y dejó hace algunos días tras una irregular campaña en el Campeonato Nacional. El entrenador de 46 años recibió un emotivo adiós en el estadio Nelson Oyarzun, donde cerca de seis mil personas acudieron a brindarle su cariño.
El nacido en Cartagena fue ovacionado e incluso realizó su última arenga en el club, elenco donde vivió cuatro años históricos, desde el retorno a la Primera División hasta el hito de la clasificación a la fase grupal de la Copa Libertadores 2023.
Los resultados deportivos permiten que García quedara en la historia de los Diablos Rojos, pero su gran legado va por el lado humano, por lo que pudo generar su figura fuera del campo, siempre cercano a los hinchas y a disposición de las causas sociales de la comunidad.
“Estoy contento, este cariño es mutuo. Es una conexión que no se ve, que le hagan esto a un técnico cuando no se había hecho nunca. Entonces esto habla más de cómo soy como persona que como técnico”; afirmó el DT en las Últimas Noticias.
El entrenador de 46 años profundizó sobre la estrecha relación con los hinchas. “A algunos les puede gustar o no, pero es la conexión que yo logré con la gente, es cómo soy yo, es como es mi madre. Esta conexión es difícil y que me quieran hacer esta despedida...Uf. Me pidieron y quería despedirme de la gente de buena manera”, complementó García.
El legado de Jaime García
Junto a Eugenia Arévalo, su madre y gran compañera de vida, Jaime García estuvo presente en su despedida de los hinchas chillanejos, en un vínculo poco común en la actualidad en el fútbol chileno.
“Ella me hace tener el vínculo con los niños y las mujeres, esto es transversal. Hay más niños y mujeres que antes que llegara y eso es parte del legado que uno tiene que hacer. Vengo haciendo lo mismo hace muchos años, desde que asumí como ayudante técnico en Deportes La Serena. ¿Por qué no hacerlo?”, concluyó García sobre las labores sociales realizadas en Chillán.
Jaime García se despidió de una etapa histórica en Ñublense, club que ya definió a Hernán Caputto como su reemplazante.
