El amigo de Pablo Aránguiz que espera un reencuentro en Ñublense: "Va a llegar con la mentalidad de romperla"

Manuel Rivera conoce a Pablo Aránguiz desde los 15 años, se enfrentaron y jugaron juntos en el barrio, también se encontraron como rivales en las juveniles y en amistosos a nivel adulto. Ahora se podrían volver a unir en Ñublense, que vivirá histórica participación en Copa Libertadores.

Pablo Aránguiz es opción para reforzar al Ñublense de Jaime García de cara a la Copa Libertadores. En caso de prosperar las negociaciones, el mediocampista de 25 años se reencontrará con su colega y amigo, Manuel Rivera, quien poco a poco ganó terreno en el equipo chillanejo, e incluso, antes de una lesión que sufrió a mitad de temporada, fue titular en la primera rueda en un mediocampo conformado también por Federico Mateos y Lorenzo Reyes.

El volante de los "Diablos Rojos", se refirió a la posibilidad de un reencuentro, esta vez como compañero en Chillán: "Sería muy lindo, lo conozco mucho, sé que tipo de jugador es, sé como és, la personalidad que tiene. Si se da, sería muy lindo que vaya a Ñublense, yo sé que puede sacar el potencial que tuvo en Unión con la confianza que le da el profe (García) a los jugadores. También va a llegar con otros aires, va a llegar nuevo, con la confianza que el profe ya le está dando, estaba leyendo de que dijo que le gustan esos jugadores", dijo en diálogo con En Cancha.

Rivera reveló que su amistad con el volante viene desde hace, al menos, 10 años: "Somos de la misma población en Recoleta. En la población, en las canchas de barrio, antes que yo estuviera en Barnechea cuando tenía 15 años, siempre había jugado en el barrio con él. Empezamos a tener una gran amistad por el tema del fútbol, nos fuimos enfrentando en las juveniles, él en la Unión y yo en Barnechea, después él estando en el plantel, yo igual. Los amistosos que hacíamos en pretemporadas (entre "Hispanos" y "Huaicocheros").

Además confesó que comparten con la familia: "Me hice amigo del papá, a la abuela también la conocí, que en paz descanse la abuelita, me hice amigo del abuelo, de la mamá, del hermano. Él también conoce a mi hijo, a mi familia y mis padres. Acá en el barrio también nos juntamos, estuve con él (esta semana), compartimos un rato. Hablamos de lo que se podía venir y siempre tirando la talla".

Por último aseguró que en el barrio eran rivales deportivos, pero que primó la buena vibra: "Siempre cagados de la risa, después nos juntábamos a jugar entre nosotros, con las amistades, riéndonos, somos de la misma sintonía con Pablito". 

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