El 10 de marzo de 2021 fue una fecha que quedó marcada en el calendario de los fanáticos del fútbol. Aquella tarde, Universidad de Chile enfrentó a San Lorenzo por Copa Libertadores, en lo que además significaba el cierre del Estadio Nacional por un periodo que estimaban sería de cinco meses para realizar reparaciones con miras a los Juegos Panamericanos Santiago 2023.
Sin embargo, son 19 los meses que han pasado desde el cierre del estadio y en el coliseo de Ñuñoa solo se jugó el Clásico Universitario de agosto pasado en dicho periodo. Al mismo tiempo, nueve megaconciertos han ocupado el principal recinto deportivo del país. Además, shows como el de Bad Bunny, esperan ser recibidos en el estadio en las próximas semanas. En la vereda contraria, ya se le cerró la puerta al fútbol por todo lo que resta de 2022.
Universidad de Chile, por ejemplo, tenía planeado recibir a Everton de Viña del Mar y Cobresal en el lugar que históricamente han utilizado para ejercer su localía. Sin embargo, la paupérrima condición de la cancha tras los conciertos de Daddy Yankee, Coldplay y Guns N' Roses, impidieron la práctica deportiva en la principal cancha del país, paradójicamente.
La situación no se detendrá, ya que como se explicó anteriormente, en las próximas semanas se espera que los dos conciertos del reggaetonero Bad Bunny y la realización de la Teletón se tomen el Nacional. Por otro lado, la larga reparación que sufriría la cancha tras los eventos, impediría que se juegue al menos por lo queda de año en dicho reducto.
La lenta remodelación del Estadio Nacional: el otro gran culpable
Para el 2023 la situación tampoco será fácil, ya que la ministra Alexandra Benado adelantó que aún restan trabajos en el Estadio Nacional, dado que el retraso que presentan las obras es tan grande que el lugar deberá clausurarse nuevamente hasta octubre de 2023, fecha donde se inaugurarán los Juegos Panamericanos Santiago 2023.
Cabe recordar que en agosto, la secretaria de Estadio había anunciado que "estamos haciendo un gran esfuerzo para abrir temporalmente el Estadio Nacional entre septiembre y diciembre para, justamente, poder acoger el fútbol nacional y actividades culturales que vienen en camino". Sin embargo, queda reflejado que el balompié no ha sido prioridad.
Y es un hecho que esto seguirá. La propia Benado dejó claro que "deberíamos volver a cerrar en enero y, lo más probable, es que no lo abramos más hasta que sean los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos en octubre
Es así como por culpa de la lenta remodelación y la excesiva cantidad de conciertos en el lugar, el Estadio Nacional recibirá solo un partido de fútbol en en 31 meses. Una cifra que termina por demostrar lo que ha sido uno de los capítulos más lamentables de la historia del principal recinto deportivo del país.