
Un descontrolado final tuvo el partido entre Deportes Copiapó y Universidad de Concepción este sábado. Lo que debía ser una definición histórica en la última fecha de la Primera B terminó en un escándalo de proporciones, con un jugador detenido y un funcionario constatando lesiones.
Según informó Sabes Deportes, Jairo Coronel, futbolista de Deportes Copiapó, fue detenido por Carabineros tras agredir con un golpe de puño a Ernesto Llorca, histórico integrante del cuerpo médico de Universidad de Concepción, quien lleva más de 19 años vinculado al club.
El profesional debió ser trasladado para constatar lesiones luego de quedar con visibles complicaciones producto de la agresión.
Un final fuera de control para Copiapó
El incidente ocurrió en medio de los disturbios que marcaron el cierre del partido entre Copiapó y Universidad de Concepción, válido por la última jornada de la Primera B.
El Campanil se impuso por 3-0 y se consagró campeón, asegurando su retorno a la Primera División. Sin embargo, la derrota desató la furia en los jugadores locales y parte de su hinchada.
Lee tambiénSe acabaron las dudas: Osvaldo González definió su futuro tras conquistar el título de Primera BTras el penal convertido por Ignacio Herrera en el minuto 88, se produjo una pelea entre ambos bancos y desde las gradas cayeron proyectiles hacia el sector visitante.
Fue en ese contexto donde Coronel, visiblemente alterado, agredió a Llorca con varios puñetazos, provocando la intervención inmediata de Carabineros y la suspensión definitiva del encuentro por parte del árbitro Juan Lara.

Penas del infierno para Coronel
El caso será ahora analizado por el Tribunal de Disciplina de la ANFP, que podría aplicar duras sanciones a Deportes Copiapó tanto por la conducta violenta de su jugador como por las fallas en el control de seguridad.
Según el Reglamento de la ANFP, los clubes pueden enfrentar multas económicas, suspensión de localía o partidos sin público, además de la inhabilitación individual del jugador involucrado, que en casos graves puede llegar hasta los 10 partidos o incluso la rescisión de contrato.
En paralelo, la denuncia penal por lesiones quedará en manos de la justicia ordinaria, lo que podría derivar en sanciones adicionales para el agresor.







