Unión Española venció con asombrosa comodidad a AC Barnechea, en partido correspondiente a la tercera fecha de la Zona Centro Sur del Campeonato Ascenso Femenino. Un 11-0 inapelable, que grafica la total superioridad del conjunto “Hispano”.
Pero más allá del abultado marcador, un hecho que llamó poderosamente la atención fue el calamitoso estado de la cancha del Estadio El Llano, reducto presentado por el conjunto “Huaicochero” para ejercer la localía.
Un terreno de juego lleno de baches, donde el pasto solo aparecía a manchones y extremadamente irregular fue el que recibió a las jugadoras. Una cancha que, a ojo de cualquier observador casual, no ofrecía las mínimas garantías para la disputa del fútbol profesional.
La molestia fue evidente. Incluso, el entrenador de la escuadra de Independencia, Andrés Aguayo, manifestó su enfado por las condiciones del terreno de juego. En una publicación en Instagram, el ex DT de la Roja Femenina Sub 20, expuso la calidad de la cancha, con un llamado de atención directo hacia los organizadores del certamen.
“Tan poco le importa el fútbol femenino a la ANFP que ni siquiera vienen a ver el estado de la cancha que presenta AC Barnechea”, publicó Aguayo.
Andrés Aguayo: “Tuvimos que esperar a que terminara de funcionar una escuela de fútbol”
24 horas después del partido entre AC Barnechea y Unión Española, el director técnico de la escuadra hispana conversó con En Cancha y profundizó en las pésimas condiciones en que se jugó el duelo.
El asistente técnico de José Letelier en la Selección para el Mundial de Francia 2019 cuenta que “Es la cancha del Banco Estado, en El Llano. Una cancha que es para funcionarios y escuelas de fútbol. La citación de jugadoras era a las 13:30 y tuvimos que esperar hasta las 2 de la tarde, 2:15 aproximadamente, para que desocuparan la cancha de una escuela de fútbol. Lleno de elásticos, de arcos adentro. Luego de eso, recién rayaron con cal, porque no había ninguna marca”.
El campeón con Universidad de Chile en el Apertura 2016 contó también las deficiencias generales del reducto. “No había banca. De verdad que era una banca como de plaza, donde cabían cuatro o cinco personas sentadas. Demás está decir que la cancha estaba en pésimo estado, con champas por todas partes, en el centro estaba todo sin pasto. Muy blanda, resbalosa, peligrosísima para las jugadoras. De hecho, hubo varios percances durante el partido producto de lo mismo: resbalones, chocar con una rival porque pasaron de largo”, detalla.
Los descargos del entrenador continuaron: “Esto es impresentable. El ente regulador debiera fiscalizar las canchas donde se juega, porque hay cuadernos de cargos. No fiscalizaron, no vieron. En las bases aparecen varios puntos, por ejemplo que no se crucen las jugadoras con la gente. No había ninguna barrera para diferenciar la pasada de las jugadoras; incluso había gente trotando por fuera de la cancha. No había un área técnica delimitada. En conversación con los árbitros, ellos quedaron de informar las irregularidades, porque no era posible realizar esta actividad en un terreno de juego tan malo”, concluyó.