Este jueves se jugó, por primera vez en la historia, la Finalissima Femenina, partido único que enfrenta a las campeonas reinantes de la UEFA y la Conmebol en busca de una especie de reinado absoluto, entre las dos confederaciones más poderosas del planeta.
Aunque en el caso del Futfem el poderío de Sudamérica es limitado y no se compara con el de Concacaf -debido a la sola presencia de Estados Unidos- lo vivido esta tarde en Wembley fue una fiesta total, en la que Inglaterra, ante una multitud de 83.132 espectadores, venció en penales a Brasil, luego del 1-1 registrado en el tiempo regular.
En un partido en que las dirigidas por la neerlandesa Sarina Wiegman fueron dominadoras (71% de posesión, por 29% de las brasileñas), el gol de la apertura de la cuenta fue una obra de arte de las actuales campeonas de Europa. Una serie de pases que no pudieron encontrar contrapeso en las monarcas de América terminó con un desborde de Lucy Bronze, combinación de primera con Georgia Stanway y definición precisa de Ella Toone: 1-0, a los 24 de partido.
En la segunda etapa, las de Pia Sundhage encontraron el empate recién en el tercer minuto de descuento. Una acción en que la guardameta inglesa, Mary Earps, dio un rebote en el área, fue aprovechada por Andressa Alves, quien definió en la boca del arco.
La primera Finalissima se definió en lanzamientos penales
En la definición por penales, Inglaterra fue más certera. Por las locales marcaron Chloe Kelly, Alex Greenwood, Rachel Daily y Stanway, mientras que Letícia contuvo el remate de Toone. Por parte de las sudamericanas, anotaron Adriana y Kerolin, Earps le atajó el disparo a Tamires y Rafaelle mandó el balón por encima del travesaño.
En definitiva, 4-3 en penales para Inglaterra. En esta ocasión, la primera de la historia, la UEFA se queda con el trofeo de la Finalissima.