Lleva 8 meses en el club Glorias Navales y ya conoce bien la película. Claudio Arévalo tomó la banca del equipo tras la salida de Carlos Medina y está ad portas del compromiso más importante en la historia de la institución: medirá fuerzas ante la Universidad Católica por Copa Chile, este jueves en el Estadio Sausalito.
Con toda una vida ligada al mundo amateur en la Quinta Región -dirigía antes al Cóndor de San Antonio-, el DT sabe de sacrificio: vive en el sector Rocas de Santo Domingo y le cuesta 2 horas y media llegar a Viña del Mar para dirigir los entrenamientos.
“Por suerte mis hijas estudian allá y tengo un departamento para quedarme también. Eso sí, mis empresas las tengo en Santo Domingo y trabajo como loco aquí (en construcción y en una estación de servicio privada en un condominio), de arriba para abajo. El fútbol es mi hobby, yo no gano plata en esto ni tengo un sueldo, al contrario, gasto de mi dinero, compro cosas para los chiquillos. Así es el mundo amateur”, le cuenta a En Cancha.
“Como siempre ando peleando cosas importantes en la región, me invitaron. Pero nunca pensé que me iba a topar con este desafío, ja”, añade.
-¿Y cómo vive este momento en lo personal?
-Como una experiencia única, enriquecedora, inolvidable. Independiente de todo lo que haya logrado en la Quinta Región, yo siempre recalco que soy un entrenador amateur. En nuestra cabeza siempre está poder llegar a dirigir en Copa Chile, pero no este tipo de partidos, jajá. Jugar con uno de los grandes del país es algo extremadamente meritorio, algo rico, reconfortante. Estamos muy felices la verdad.
-¿Y se le puede meter miedo a la Católica?
-Veremos. Yo creo que mucha gente quiere y debe pensar que nos van a meter un 10-0, pero yo llamo a esa gente a que se ponga de parte nuestra. Nosotros estamos representando a la Quinta Región, no solamente a un club. Sí, nos pueden golear, pero a lo mejor no. Quizás nos ganen sufriendo 1-0 o 2-0. Hay que jugar.
-Municipal Puente Alto algo de susto le metió a la U el otro día. Le partió ganando 1-0...
-Sí, vi el partido, pero después en el segundo tiempo no pasaron nunca la mitad de la cancha. Yo trato de que mis equipos nunca dejen de atacar, más allá de ir perdiendo 1-0, 2-0 o 3-0. No hay que dejar de meter presión. Le digo a los muchachos que somos 11 contra 11, y esa es la clave. Hay que estar concentrados y no perder los duelos individuales. Ojalá se dé un partido entretenido.
-¿Y hay talento en los muchachos, tiene un plantel de buen pie?
-Sí, yo creo que es lejos el mejor grupo que me ha tocado dirigir. Están con una motivación tremenda además. Si bien todos tienen su profesión, su trabajo, otros estudian, otros son oficinistas, la verdad es que están todos comprometidos, más allá de que sea complicado juntarse a entrenar todos los días. Es algo imposible por nuestras ocupaciones, y últimamente lo venimos haciendo dos veces a la semana. Nos acomodamos para usar el Sausalito los martes y los jueves, y emociona ver llegar a 20 muchachos con tantas ganas e ilusión. Les pido que disfruten el momento, que hagan partícipes a sus familias y que en las redes sociales publiquen todo lo que quieran. Se lo ganaron.
-Si juega Fernando Zampedri, menudo problema, ¿no? ¿Cómo se le marca?
-Zampedri para mí es un referente no solo de Católica, sino que de todo el medio nacional. Es uno de los grandes del fútbol chileno y uno lo mira para arriba. Es un distinto no por los goles, sino que por lo que transmite. No habrá marca personal, será por zona. Tengo unos cabros bien buenos ahí en defensa, que son bien rápidos y la idea es anticiparlo, que no reciba el balón frente al arco nuestro. Si recibe de espalda, creo que no nos hará tanto daño.
-Glorias Navales es un equipo de barrio, de gente de esfuerzo, y tiene un apoyo masivo. ¿Cómo se imaginan ese acompañamiento de la gente?
-Nosotros creemos que somos la barra más potente de la Quinta Región y una de las mejores de Chile, porque somos un equipo que mueve 5, 6 o 7 mil hinchas a veces. La población se paraliza cuando jugamos y van todos a la cancha. Será motivante ver al estadio de rojo. Tenemos más barra que cualquier equipo de Segunda, de Primera B y hasta Primera División. Uno ve estadísticas y de repente se encuentra con que hay partidos a los que van 80 personas... Nosotros siempre en la galería tenemos 3 mil o 4 mil personas.
Viña del Mar detrás de Glorias Navales
-¿Han sentido el apoyo de la ciudad también?
-Sí, la Municipalidad de Viña del Mar ha estado siempre pendiente, muy cercano a nosotros la verdad. La alcaldesa Macarena Ripamonti se ha portado un 7, nada que decir en ese sentido. Cuando fuimos al norte a jugar nos facilitó un bus y ha estado siempre al tanto de todo. Javier Salinas, a cargo del Deporte en el municipio, se ha portado excelente también.
-¿Y qué le gustaría que pasara después de este partido, más allá del resultado? La visibilidad del fútbol amateur me imagino que es algo importante para ustedes...
-Claro, pero no solo eso, sino que se vea a la población Glorias Navales con otros ojos, porque es bastante estigmatizada en Viña del Mar. Yo he estado 8 meses allí compartiendo con la gente y créeme que hay mucha gente de esfuerzo. Así como está Chile, gente mala hay en todos lados, y no es bueno señalar a ciertos lugares solamente. La gente siempre criticará, pero no conoce. No es una población tan mala como muchos piensan. Ojalá esa visión vaya cambiando.
-A disfrutar el encuentro, Claudio.
-Sí, de eso se trata. A ver, todos piensan que Católica nos pasará por encima, pero eso no tiene por qué ser así. Tengo jugadores con experiencia en cadetes, con roce en el fútbol profesional. Mis cabros también saben jugar al fútbol. A lo único que le tengo miedo es al físico, pero eso es normal, porque ellos se entrenan todos los días y no me cabe dudas que ellos durarán 90 minutos al mismo ritmo, y quizás nosotros no, pero hay que jugar.
