Colo Colo y Universidad de Chile animaron una nueva versión del Superclásico del fútbol chileno, esta vez en la categoría sub-16 del balompié nacional femenino. El partido disputado en el Estadio Monumental tuvo lleno de emociones y tuvo como resultado final la victoria de las albas por 2-1.
Los goles para el local fueron obra de Amaral Farías y Catalina Muñoz, esta última hija de Carlos Muñoz, actual delantero de Santiago Wanderers y con un paso exitoso por Colo Colo entre las temporadas 2011 y 2014, donde anotó 37 goles en 79 compromisos.
Muñoz fue la figura del encuentro ante la U y le entregó la victoria de manera agónica su equipo, tras definir de manera sutil ante mala salida de la arquera azul. Con el triunfo, el elenco de Macul clasificó a la final del torneo femenino donde enfrentará a Huachipato o Everton.
En redes sociales, Carlitos no ocultó su emoción y subió a su cuentade Instagram unas emotivas palabras ante la notable actuación de su heredera. “Lo siento, pero la emoción que tengo necesito compartirla. Catalina Muñoz me matas”, esbozó.
En manera de respuesta, la delantera de apenas 13 años subió el gol de la victoria y escribió un desafiante mensaje: “Clásico es ganarte”. Un lema que se ha hecho habitual en los planteles e hinchas de Colo Colo cada vez que derrotan a su eterno rival.
Catalina Muñoz repitió la actuación de Carlos en un Superclásico
La actuación de Catalina Muñoz, quien es la máxima artillera del campeonato con 30 goles, desempolvó gratos recuerdos para los hinchas de Colo Colo y otros no tanto para los forofos de Universidad de Chile. Esto, porque la hija de Carlos Muñoz repitió la actuación de su padre en un Superclásico.
El 21 de octubre del 2012, albos y azules protagonizaban un cerrado encuentro en el Estadio Monumental, por el Campeonato Nacional , hasta que en los minutos finales apareció Carlos Muñoz para darle la victoria a los locales.
El delantero de 34 años conectó de primera y de volea un centro de mitad de cancha de Mauro Olivi y colgó el balón en el ángulo derecho del arco defendido en ese entonces por Johnny Herrera, para darle la victoria agónica al Cacique por 1-0.