Luego de los lamentables incidentes de violencia en la Supercopa entre Colo Colo y Huachipato, se desató una polémica teleserie que ha contado con la repentina suspensión del duelo entre Universidad de Chile y Cobresal como episodio principal.
Tan solo 48 horas antes del partido, los azules fueron notificados de la desautorización del partido ante los Legionarios que ya contaba con más de 30 mil entradas vendidas para el domingo pasado. La Delegación Presidencial de la Región Metropolitana fue la encargada de bajar el pulgar al partido amparada en un informe técnico negativo elaborado por Estadio Seguro y Carabineros.
Según fuentes de En Cancha, desde el organismo liderado por Constanza Martínez (de vacaciones) estaba la intención de autorizar el partido, sin embargo, el informe negativo de Estadio Seguro ataba de manos a la Delegación, quienes en caso de disturbios serían apuntados como imprudentes y culpables.
La sorpresiva decisión causó la furia de la dirigencia estudiantil, que convocó a una conferencia de prensa donde lapidó a las autoridades, acusando ineptitud. “No se conocen los fundamentos de los informes y se pasan la pelota entre ellos. ¿Con quién tenemos que hablar? Ellos mismo el martes pidieron abrir nuevos ingresos y requerir más dotación policial. Esto es una chacota. Las autoridades deberían hacerse una pregunta: ¿Tengo que seguir trabajando para no servir para nada? A mí me daría un poquito de culpa”, declaró ese viernes Cecilia Pérez.
El error no forzado de Pamela Venegas
Las declaraciones cayeron bastante mal en Estadio Seguro, quienes liderados por Pamela Venegas decidieron mandar rápidamente un oficio a la ANFP para dar un golpe de autoridad. En el escrito ordenaban la implementación inmediata del Registro Nacional de Hinchas para los partidos del Campeonato Nacional, y que si los compromisos no contaban con este nuevo sistema, no serían autorizados y por ende suspendidos.
La misiva agarró por sorpresa a todos en Quilín. Pese a que entre ambas partes estaba conversado el inicio paulatino de dicho registro, la inmediatez solicitada por la autoridad era un golpe bajo para la ANFP y también fue interpretada como una “traición” con el fin de mostrar “quien manda”.
Pero la decisión de Venegas traería coletazos importantes en La Moneda. De acuerdos a diversas fuentes, desde el Ejecutivo se molestaron primero con la manera en que se manejó la suspensión del duelo de Universidad de Chile, pero también por la medida tomada por Estadio Seguro, ente perteneciente al Ministerio del Interior, respecto al Registro Nacional de Hinchas, ya que fue una determinación tomada que fue consultada con el Gobierno.
Con la intención de arreglar la polémica, que ya había alcanzado ribetes mayores, la ANFP se puso en contacto directamente con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, “ignorando” la figura de Venegas. Ambos acordaron una reunión y de esta forma, lograr que el torneo pueda seguir su curso.
En la reunión, la figura de Pamela Venegas quedó completamente desautorizada, porque en minutos se determinó que no existían las condiciones para implementar este fin de semana el Registro Nacional de Hinchas en el fútbol chileno.
De hecho, el inicio del plan oficialmente se postergó para el 2025. Por el momento, se utilizará un plan piloto para partidos específicos que comenzará este fin de semana en el partido entre Universidad de Chile y Audax Italiano.
Los azules son el único equipo que puede implementar en este momento el Registro Nacional de Hinchas, ganando un “gallito” que desató fuertes cruces e incluso un distanciamiento importante entre la Delegación Presidencial y Estadio Seguro, ya que según La Tercera, desde Convergencia Social, partido de la delegada Constanza Martínez, manifestaron su molestia por cargar con el costo político de las decisiones del ente liderado por Venegas.
Para cerrar este capítulo, se espera que en las próximas horas se confirme el aforo del duelo entre universitarios e itálicos, último escollo interpuesto entre la U y su postergado regreso al Estadio Nacional.