Felipe Zúñiga fue, sin mayores contrapesos, la gran figura del Imperial Unido que consiguió el título de la Tercera División B. El delantero nacido en la cantera de Deportes Temuco, donde fue marginado a fines de 2020, se puso la jineta de capitán desde el primer partido y, gracias a sus 35 goles, pudo ayudar a que el equipo de su natal Nueva Imperial quedara a tan solo un paso del profesionalismo.
Sin embargo, el atacante de 23 años tuvo un camino rocoso antes de tocar la gloria con los dedos en la escuadra adiestrada por John Bustamante. Si bien logró debutar con el primer equipo del “Pije” en 2020, los dirigentes nunca se acercaron para ofrecerle un contrato y, aconsejado por su padre, el exfutbolista Sergio Zúñiga, optó por retirarse de la actividad para ejercer como maestro de construcción en su comuna.
En conversación con En Cancha, el hombre que busca su gran oportunidad en el balompié rentado contó parte de los sacrificios que tuvo que hacer para iniciar el camino de la denominada “vuelta larga” en el fútbol. “Yo nunca en mi vida había trabajado en la construcción. Tuve que agarrar un martillo y la picota… Fue difícil, no sabía qué hacer de mi vida”, revela ante el inesperado oficio que tuvo antes de ser llamado por Deportes Quillón a comienzos de 2021.
Ahí, el director técnico John Bustamante, el preparador físico Jorge Vásquez y su gran amigo, Benjamín Manquilef, lo convencieron para sumarse a la escuadra de la región del Ñuble. El resto es historia: campeón con los del Valle del Sol; un fugaz paso por Provincial Ranco en 2022 y, luego, el título más importante de su carrera con Imperial Unido.
Dicen que la vida da vueltas y el fútbol también. Pese a que cuentas con títulos en Tercera B con Quillón e Imperial Unido, tu etapa final en Deportes Temuco fue bastante complicada…
En 2021, salgo de Deportes Temuco netamente por el tema de que nunca llegué a un acuerdo contractual, porque en ese entonces yo cumplía mi etapa de juvenil. Me tramitaron semana tras semana, diciendo que me iban a mandar a préstamo y hacer contrato, pero iban pasando las semanas y al final no quedaba en nada. ¿Qué hice yo? Hablé con mi papá, que también es un hombre del fútbol, y me dice ‘mi consejo no vayas más porque te están haciendo la misma que en ese año hicieron con él’. ¿Entonces qué pasó? Me desligué netamente del fútbol, obviamente frustrado.
¿Pensaste en no volver más al fútbol?
En mi mente no estaba jugar. Estaba frustrado por no haber hecho algo más. Ahí me puse a trabajar en la construcción y fueron cuatro meses eternos y difíciles. Nunca había vivido el trabajar, levantarse temprano y llegar tarde a la casa. Ahí, unos conocidos de mi padre me dieron la oportunidad de poder pagarme mis cosas, porque siempre tuve la mentalidad de mantenerme solo y no sacar dinero de mis padres.
Me imagino que fue un duro golpe, considerando que hasta tuviste oportunidades en el primer equipo...
En Deportes Temuco yo tuve el agrado de debutar desde el inicio contra San Luis de Quillota, pero fue en ese entonces que todavía el público no estaba admitido en la cancha por la Pandemia. Ese fue mi partido crucial. Nunca me voy a olvidar que el técnico de ese entonces, Patricio Lira, me dijo que si hubiese hecho esos dos goles en el primer tiempo, hubiese estado titularísimo y con contrato. Justo tuve la mala fortuna que no salieron esos dos goles que podía haber concretado… A lo mejor, hubiese sido otra historia.
¿Quedaste con la ‘espinita’ clavada ahí?
Me quedé con la espinita precisamente en ese partido con San Luis. Después, jugué el segundo tiempo contra Magallanes en Santiago y fui citado contra Cobreloa en Calama, pero ahí no jugué. Después tuve que buscar mi segunda oportunidad entrenando, pero no se dio. Ahí fue el tema del contrato y no se llegó a ningún acuerdo. Me tramitaron mucho de semana tras semana y no pasaba nada. En ese entonces, no entrenaba con ellos, no me pescaban, trotaba por fuera… Estaba marginado, por así decirlo, porque en el club no hallaban la hora de que me fuera a préstamo.
¿Y tu relación con Patricio Lira, entrenador del club en esa época, era buena?
Siempre fue cercano a los juveniles y daba la chance a todos. Nosotros teníamos que aprovecharla no más. Después de mi oportunidad le tocó a Damián Sáez, que anduvo bien y merecidamente. Empezó a hacer goles, es indiscutido. Pero nada que reprochar. Él lo hizo de muy buena forma, lo aprovechó y estoy contento por todos los compañeros que en ese entonces pudimos debutar y jugar.
No puedo no preguntarte por Marcelo Salas. ¿Había algún contacto con los juveniles o simplemente realizaba sus labores de presidente?
De vez en cuando iba a los entrenamientos, pero no había una relación de tú a tú. A veces, en los partidos daba la arenga antes de entrar a la cancha, pero nunca hubo una cercanía o conversación a la par con él… Pero bueno, como jefe.
Pese a la complicada salida, ¿te gustaría tener tu revancha en Deportes Temuco?
Obviamente. Si se me da la oportunidad de volver a Deportes Temuco, sería bueno hacerlo diferente con respecto a la vez pasada. Hay una revancha o una espinita ahí. Si tengo que dar la vuelta larga para llegar al profesionalismo, voy a tener que luchar y remar hasta el final no más.