Si no es la cancha más criticada del fútbol chileno, pega en el palo. El terreno de juego del Estadio Santa Laura ha recibido el calificativo de “potrero” en más de una oportunidad este 2023, y su estado sigue sin mostrar mejorías sustanciales.
De hecho, el Club Universidad de Chile, uno de los arrendatarios del recinto -el otro es la UC de Ariel Holan-, sufrió el rigor de un campo de juego en pésimas condiciones en su último duelo ante Cobresal, compromiso que ya postula a ser uno de los más malos en lo que va de Campeonato Nacional.
No obstante, y pese a todas las calamidades sufridas por los dos elencos universitarios más grandes del país, ambos tienen presupuestado seguir jugando allí el segundo semestre. ¿Por qué?
La música le da respiro al Santa Laura
Según supo En Cancha, los “Cruzados” estaban evaluando seriamente dejar de lado Independencia y moverse nuevamente a Rancagua, un poco hastiados del estado de la cancha. Sin embargo, desde la Unión Española emergió un argumento que los terminó por convencer: no habrá conciertos hasta fin de año, por lo que el pasto de la “Catedral” no hará más que mejorar.
Del lado azul, en tanto, no hay intenciones de mudarse de la casa de los “Rojos”. ¿La razón? El club sigue encontrando inconvenientes cada vez que sale a regiones por el prontuario de su problemática barra.
En Santa Laura, en tanto, el “Romántico Viajero” sigue con las puertas abiertas, y aunque no pueden llevar público como local por la sanción que recae sobre el equipo de Mauricio Pellegrino, la relación con la tienda hispana sigue siendo buena.
Dicho esto, ambas universidades seguirán siendo locales en el reducto de Plaza Chabacuco, pues ahora cuentan con la garantía de que ningún recital arruinará el gramado. Eso sí, el invierno aún no comienza en Chile y las lluvias, de momento, no han azotado de manera vehemente al pasto del Santa Laura. Veremos qué pasa.