Mario Salas cuenta con una exitosa carrera como entrenador: logró un bicampeonato con Club Deportivo Universidad Católica, tres títulos con Sporting Cristal y una Copa Chile en Colo Colo. Uno de sus colaboradores más cercanos en ese proceso fue Fernando Gutiérrez, quien tras el paso por el “Cacique”, que culminó a inicios de 2020, tomó la decisión de comenzar su camino en solitario como entrenador principal. Tras pasos por Deportes Colina y Deportes Iberia, espera por una nueva oportunidad en el fútbol chileno. “En estos momentos estoy esperando, no tuve posibilidad de tomar equipo a comienzo de año y ahora algunos clubes han cambiado, pero no ha sido para mí todavía”, dijo a En Cancha.
El DT ya se sentía listo desde su paso por el estadio Monumental: “Cuando me separo de Mario, estábamos en Colo Colo y ya me sentía preparado. Tuve la suerte y la posibilidad de dejar el futbol profesionalmente. Pasé rápidamente a participar del fútbol profesional adulto, trabajé un año en Católica. Después me sumé al cuerpo técnico de Mario, con quien estuve nueve años”.
“Tuve esa experiencia de ayudante muy rápido, internacionalmente, acá en Huachipato, Católica y Colo Colo. Me sirvió mucho para entender muchas más cosas. Cuando uno juega futbol se preocupa de uno solo y cuando se titula de entrenador cree que lo importante es el sistema, la estrategia y lo que pasa en la cancha nomás. Esa experiencia me hizo ver que hay un montón de otras cosas que pasan, y la experiencia que estoy teniendo solo en Segunda División me muestra que hay un montón de otras situaciones que pueden ocurrir en un equipo de fútbol”, agregó.
En Segunda División le tocó dirigir a Deportes Colina y también a Deportes Iberia. Un cambio abrupto, ya que le tocó trabajar antes en potencias como Colo Colo, Universidad Católica y Sporting Cristal: “Cuando uno está en un equipo grande, que son instituciones enormes en sus países, está todo organizado y todo muy claro. Entonces la institución te entrega todas las herramientas para que el cuerpo técnico esté lo más enfocado posible en solo sacarle rendimiento al plantel y sacar resultados”.
En ese sentido, el entrenador de 42 años le contó a En Cancha la otra cara de la moneda: “De todas formas estamos en Sudamérica y siempre hay cosas que estar resolviendo. No se alcanza a cubrir todo, pero es una gran diferencia con respecto a la Segunda División. Por lo menos en los lugares que he estado y por experiencias que me han contado, muchas veces uno tiene que hacerlas todas y se pierde el foco. Me ha tocado cocinar, por ejemplo. Le cocinamos a un plantel porque no había almuerzo previo a un partido. Con el cuerpo técnico conseguimos ollas, armamos un almuerzo y se lo llevamos a los jugadores, si no, no iban a llegar almorzados”.
“Ese tipo de cosas, o estar corriendo de un lado para otro en los viajes... Se concentra en un lugar, pero se tiene que ir a almorzar a otro. Son cosas frecuentes que en equipos de Primera División, sobre todo en equipos grandes, serían impensadas. No es que no estuviera la plata, pero hubo una gestión que no se hizo y nos encontramos con que no teníamos almuerzo previo a un partido. Entonces nosotros, yo y mi cuerpo técnico siempre hemos sido de avanzar, de no quejarnos, de tratar de sacar adelante todos los retos. Era necesario que se almorzara juntos, lo que corresponde. Hicimos nosotros los típicos fideos con pollo, con ensaladas y todo, le aplicamos”, complementó.
“Mario Salas siempre me dio la oportunidad de estar en cancha”
En su llegada a Huachipato -donde arribó como analista-, Gutiérrez, recibió la confianza del “Comandante”: “Yo conocía a Mario, porque había sido ayudante técnico en Unión Española, yo jugué un año ahí. Él siempre me dio la posibilidad de estar en cancha, estaba estudiando para ser entrenador y el sabía que mi motivación era ser entrenador”.
En ese aspecto, confesó que siempre tuvo la oportunidad de ir sumando experiencia para su carrera como estratega: “Recuerdo que en Huachipato a veces me incluía en algunos trabajos. Cuando viajaba el equipo, me quedaba a cargo de los que no viajaban. Siempre me consideró como un ayudante, más allá de que estaba encargado de los videos y de los análisis de los rivales, pero también me dio harta participación en cancha. En Católica fui un asistente más junto a Leo Zamora, estuvimos tres años. Después fuimos a Perú, ahí fui el segundo entrenador y lo mismo en Colo Colo”.
Además, destacó lo que consiguieron con Universidad Católica: “Creo que lo principal que se logró fue el cambio de actitud, porque en los primeros campeonatos no logramos salir campeones, pero sí se notó la mano. Luego amarramos un bicampeonato, que creo fue el inicio de esta linda pasada que ha tenido Universidad Católica en esta última década”.
Posteriormente, Gutiérrez relató por qué no triunfaron del todo en Colo Colo. “Se fue ensuciando un poco la relación con la prensa. La exposición es distinta y la exigencia también era otra. En lo personal, fui desarrollándome en el cuerpo técnico y me tocó dirigir cuando Mario estaba expulsado”, lanzó.
Respecto a esos encuentros como DT principal en la banca, añadió: “Me tocó la fase completa con Everton (triunfo 2-1 en el Monumental y victoria 2-1 en Sausalito) y dirigí un partido con Huachipato que empatamos (2-2 en Pedrero). Terminé invicto en Colo Colo. El trabajo estaba encabezado con Mario, yo tomaba las decisiones, pero solo en los partidos. Cuando uno es técnico decide un montón de otras situaciones, planificación de los entrenamientos, quién va a la concentraciones. Sentí que estaba preparado, que había aprendido mucho con ese cuerpo técnico y necesitaba ponerme a prueba, saber cómo funcionaban mis ideas y mi forma de conducir un equipo”.
Allí fue categórico sobre lo que se debe hacer en el “Cacique”: “En Colo Colo hay que ir, sacar resultados y después irse en un buen momento, porque es el club más grande de Chile y tiene una exposición enorme”.