Lo que no tenía que pasar, terminó ocurriendo. En una señal más de que en nuestro fútbol hay muchas que corregir fuera de la cancha, pero también una radiografía de una sociedad cada vez más violenta, intolerante e irracional, los dos buses en que Universidad de Chile se transportó hasta el Estadio Monumental para jugar el Superclásico 193° resultaron apiedrados.
Una situación que, por suerte, no terminó con lesionados, pero que llama la atención. Primero, por lo ya explicado al comienzo de esta nota, y después, porque no se entiende que teniendo protección policial, igualmente, ocurran estas situaciones.
En Cancha pudo constatar en terreno cómo varios vidrios del costado de los buses quedaron completamente destruidos. Cabe destacar que los azules viajaron en dos vehículos rumbo a Macul para intentar minimizar riesgos.
La U decidió que no reemplazará los buses y viajará de vuelta en los mismos. Los vidrios que quedaron trizados, fueron arreglados artesanalmente con cintas.