Este 30 de abril se cumplen 72 años de la mayor goleada en un partido del fútbol chileno. Fue en 1950, cuando Everton de Viña del Mar aprovechó el mal momento por el que pasaba Santiago Wanderers en aquella época, ya que los "Caturros" se presentaron ante los "Ruleteros" con solo tres titulares y un equipo compuesto en su mayoría por juveniles como señal de protesta "por el nulo respaldo que la División de Honor (ANFP actual) le otorga al equipo".
Incluso, el defensa wanderino de ese entonces, Francisco Julio, tuvo que actuar como arquero por esta situación, lo que insidió en el abultado resultado final a favor de los viñamarinos.
La molestia de los porteños se desencadenó cuando, unos días antes del Clásico Porteño, la División de Honor (actual ANFP) no le permitió a Audax Italiano utilizar a sus seleccionados chilenos que no estaban habilitados para jugar ante Wanderers. Además.se le impidió a los de Valparaíso viajar para disputar partidos en el extranjero (Montevideo y Río de Janeiro).
Por esta inequidad futbolística producto de malas gestiones administrativas, el partido fue calificado por la prensa de la época como "una vulgar pichanga".
Everton, que sí jugó con todos sus titulares, se fue el entretiempo 7-0 arriba en el marcador con goles de Jorge Uribe (4'), Elías Cid (7' y 27'), Sergio Álvarez (8'), Enrique Ponce (22' y 37') y Antonio Morales (26').
En el complemento, los "Caturros" ingresaron con solo nueve jugadores a la cancha luego de que dos de sus futbolistas se retiraran del juego. El juez Alejandro Gálvez tenía decidido suspender el encuentro, pero el directivo de la División de Honor, Clemente Miranda, ordenó que el partido continuara.
A los 68 minutos Wanderers llegó a quedar con solo seis futbolistas en el terreno de juego del Estadio El Tranque (actual Sausalito), pero aún así se siguó disputando hasta el minuto 84 cuando Everton marcó el 17-0, momento en el que el árbitro decidió ponerle fin al polémico Clásico Porteño.