Exclusivo | "Aunque le duela a muchos": Javier Castrilli no piensa renunciar pese a amenaza de paro de árbitros

El jefe de la Comisión Arbitral está convencido de que el escrito del sindicato es un "vulgar anónimo" que, según cuentan sus cercanos, no lo amedrenta en lo más mínimo.

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El miércoles por la noche, Javier Castrilli y sus asesores más cercanos de la Comisión de Árbitros supieron de una declaración atribuida al Sindicato de ese gremio que, horas después se haría pública, y que exigía la renuncia del ex juez argentino y de todo su equipo amenazando con un posible paro del gremio a partir de la próxima semana.

A Castrilli no se le movió un músculo para decirle a sus cercanos que no se sentía intimidado y que, por cierto, no renunciaría. Su entorno entendió de inmediato la razón por la cual no daría un paso al costado. "Esto no es una exigencia del Sindicato. Ni siquiera de gran parte de los árbitros chilenos. Es el medio de presión que están utilizando algunos que temen perder sus privilegios. Eso le molesta a algunos", fue su comentario.

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Un sindicato acéfalo

En lo primero que la Comisión Arbitral reparó al leer la declaración fue que ésta venía sin firma. "Es un vulgar anónimo, igual que otros nueve que hemos recibido desde que asumimos", recalcó uno de los integrantes de la Comisión.

Y es que Javier Castrilli sabe que desde el viernes pasado el Sindicato de Árbitros está acéfalo ya que el ex presidente del organismo gremial, Johhny Jara, en conjunto con su directiva, dimitió al sentir que había una especie de "ruido de sables" al interior del Sindicato liderado por un juez FIFA y un ex presidente de la Comisión Arbitral, entre otro. ¿La razón? No estar de acuerdo con los radicales cambios que Castrilli está impulsando - que fueron consensuados con Jara-, en especial al referido a la renovación generacional de los jueces.

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El tema para Javier Castrilli y su equipo es simple: ellos sienten que el reglamento interno de los árbitros que decía que solo se permitían dos ascensos de división al año es insuficiente para conseguir la renovación generacional que urgentemente requiere el referato nacional. Es, de hecho, un tapón y tiende a proteger los privilegios de jueces más veteranos (el sueldo base de un árbitro de Primera División es de un millón 800 mil pesos mensuales) aún cuando muchos de ellos, según la Comisión, no tienen nivel para seguir en la alta competencia.

Por eso es que no les sorprende que los "cabecillas" de este intento de desestabilización sean, según ellos comentan, un arbitro FIFA que fue mundialista pero que hoy no arbitra partidos importantes porque está gordo; dos jueces de Primera B que han mostrado graves deficiencias técnicas en todos los partidos que les ha tocado dirigir, una jueza que no ha pasado los exámenes físicos; un ex juez asistente que tuvo negocios mal habidos durante su época activa, y un ex presidente del Comisión Arbitral que siente que fue mal echado de su cargo.

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"Ante la amenaza de este tipo de personas, no vale la pena ni siquiera responderles. Hicieron un panfleto que los representa solo a ellos", comentaron en la Comisión.

¿Y las denuncias?

La Comisión Arbitral también desestimó las denuncias hechas en la declaración, como la que hace alusión a las supuestas presiones de Javier Castrilli en el cobro de un penal en favor de Huachipato en la definición ante Copiapó por la Promoción. Según Castrilli y su equipo, no existe ninguna grabación en que se confirme esta acusación. Simplemente, para ellos, el juez Francisco Gilabert, al ver la imagen, desestimó la opinión de los integrantes del VAR y vio falta en la acción sin recibir presiones de nadie.

En la Comisión también consideran burda la alusión que hacen a los "antecedentes económicos" que inhabilitarían a Osvaldo Talamilla y Braulio Arenas – asesores directos de Castrilli- a integrar la Comisión dando a entender malos manejos ligados a su actual labor. De hecho, Castrilli sabe desde el inicio de su gestión que Talamilla ha sufrido demandas como sostenedor de un colegio -la Escuela Internacional de Líderes Santiago Bueras-, lo que no le ha preocupado ya que nada tienen que ver con su labor en la Comisión Arbitral y es un tema que ha transparentado.

También creen que las acusaciones hechas a Francisco Caamaño, preparador físico de la Comisión, de referirse en términos peyorativos a una jueza, no tienen razón de ser porque Caamaño "en diciembre solo hizo un comentario y pidió disculpas al sentir que había sido discriminador con la colega".

Por todo ello, dicen quienes lo han escuchado, Javier Castrilli no piensa dar un paso al costado ni menos echar pie atrás en sus reformas. Señalan que él se enfrentó en su momento el mismísimo Julio Grondona en Argentina y que ahora no tiene miedo de hacer lo mismo ante personas que, según él, solo piensan en mantener el status quo y sus privilegios e impedir que el refertao chileno salga de la mediocridad que es la misión que él siente esta llamado a hacer “aunque le duela a muchos”.

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