Ñublense está pagando las consecuencias de ser animador de la lucha por el título del Campeonato Nacional y clasificar a la Copa Libertadores, debido a que sus figuras han partido a Colo Colo, la U y la UC. Por esa razón, Jaime García está preocupado para lo que será la temporada 2023, aunque confía en repetir la fórmula que le ha dado tanto éxito en las últimas dos campañas.
Matías Moya es nuevo jugador de los albos, mientras que Federico Mateos y Alexander Aravena ya entrenan con los azules y precordilleranos, respectivamente. Los tres fueron claves en el esquema del "Tiburón", por lo que tendrá que salir al mercado de fichajes para encontrar a sus reemplazantes.
Hasta el momento, Juan Córdova y Jorge Henríquez son los únicos refuerzos confirmados por el cuadro chillanejo, aunque durante los próximos días se debería concretar el arribo de Juan Leiva para potenciar el mediocampo.
Recuperar el nivel de los desechados
Según pudo averiguar En Cancha, el éxodo de sus referentes provoca incertidumbre en la planificación de Jaime García, que tendrá que armar un plantel para encara el Campeonato Nacional, Copa Libertadores y Copa Chile.
Pese a esto, el DT de Ñublense está consciente de la política de fichajes de la dirigencia, que no hará una gran inversión y apostará por aquellos jugadores desechados que pueden retomar su nivel con sus entrenamientos.
En definitiva, la idea de García y los "Diablos Rojos" es contratar a los "picados" que tan buenos resultados les han dado en los últimos dos años, como fueron los casos de Patricio Rubio, Bernardo Cerezo, Lorenzo Reyes y Nicolás Guerra, entre otros.