Calladito subió a Deportes Copiapó a Primera División. Héctor Almandoz, desconocido para muchos seguidores de la máxima categoría del fútbol chileno, fue arquitecto de un histórico ascenso logrado tras una goleada sin precedentes a Cobreloa en Calama, y ahora intentará hacer destacar a su equipo en la división de honor.
Argentino de nacimiento pero patiperro por cosas del destino. Debutó como jugador en 1988 defendiendo la camiseta de Quilmes, y tuvo experiencias en seis países diferentes (Israel, Brasil, Perú, México, Bolivia y Ecuador).
Siendo defensor central vivió su época de gloria en el mítico Vélez Sarsfield de Carlos Bianchi a mediados de los años 90, donde no solo conquistó el ámbito local y regional, sino que también el mundial, pues alzó la Copa Intercontinental con los de Liniers en 1994, cuando fue a Japón para derrotar al poderoso AC Milán.
La carrera de Almandoz en Chile
Como técnico, como suele pasar en varias ocasiones, no es profeta en su tierra. De hecho, toda la carrera de adiestrador la ha desarrollado en Chile: llegó el 2015 a Rangers de Talca, para luego tener pasos por Copiapó, Deportes Antofagasta y Cobreloa, mismo elenco al que condenó ayer a seguir en Primera B.
¿Experiencia en Primera División? Claro, aunque no de las mejores. A los "Pumas" los dirigió en la máxima categoría de nuestro balompié en el 2020, aunque luego de cinco partidos sin ganar tuvo que irse por la puerta de atrás: la dirigencia decidió cortar el vínculo y su estadía en el Calvo y Bascuñán llegó a su fin.
Ahora, Almandoz buscará dar el batacazo en su octavo año como DT en nuestro país. El argentino tendrá la dura misión de hacer que la alegría copiapina no sea efímera, viendo si puede mantener a su cuadro en Primera División y, por qué no, meterse en una copa internacional. Al fin y al cabo, soñar es gratis.
