El entrenador argentino Javier Torrente llegó por primera vez a nuestro país en 2012, cuando asumió la banca de Cobreloa dentro de la ola de técnicos "bielsistas" que coparon el fútbol chileno. Al exasistente de "El Loco", no le fue bien en el norte, pero se las ingenió para regresar, primero a Everton y, ahora, a Deportes Antofagasta.
Además de lo futbolístico, Torrente siempre se ha mostrado muy activo y participativo en materia social, tal como su mentor.
En Calama, de hecho, se involucró con varias marchas ciudadanas locales pidiendo mejoras para la ciudad minera. "Estar con las demandas de la gente es una forma de involucrarse con la comunidad", recordó hoy en entrevista con El Mercurio de Antofagasta. "Recuerdo que gobernaba (Sebastián) Piñera y la gente salió a las calles a reclamar por el abandono de la ciudad. Consiguieron el estadio nuevo, el hospital, varias obras pendientes. Así es como se logran objetivos, con unión y sin diferencias".
En ese sentido, el 2019 Viña del Mar le tocó vivir un momento clave del país: el Estallido Social. "Y eso tuvo como resultado el que (Gabriel) Boric hoy sea Presidente, que es algo que la gente andaba buscando, una expresión de poder más cercana a lo popular", analizó.
"Los tiempos de los pueblos los determina el pueblo"
Sin embargo, mientras lucha por seguir en Primera División con los "Pumas", Torrente reconoció que le cuesta entender el actual momento del proceso reformatorio constitucional en Chile, tras regresar a Chile luego de una estadía en Bélgica.
"El resultado del Plebiscito me pareció algo ilógico si se miraba el país de dos años antes, pero siempre pensé que los tiempos de los pueblos son los que determina el propio pueblo", apunta el trasandino. "Quizás la fórmula (para cambiar la Constitución) era algo compleja, porque es bien difícil que un ciudadano de a pie pueda leer y entender más de 700 artículos de una nueva Constitución para votarlos a favor o en contra".
¿Cuál es su propuesta? "Quizás deberían ser promulgada por constituyentes pero votada por parlamentarios, que son los expertos y los que tienen tiempo para hacer las correcciones debidas", analiza. "La gente de la calle tiene que trabajar".