Exclusivo: Todo lo que no se vio del primer Superclásico de la historia entre Colo Colo y la U fuera de Chile

Los albos derrotaron a los azules con polémica, en un partido que no se caracterizó por el gran nivel de juego. En las tribunas, el "show" fue de las barras bravas.

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Hay Superclásicos que pasaron a la historia por el juego exhibido, por el resultado abultado o por alguna que otra anécdota dentro de la cancha. Pero, lo que ocurrió anoche entre Colo Colo y Universidad de Chile en La Plata no se instalará en los anales del fútbol chileno más que por la ausencia de un público masivo y por un juego poco vistoso, un partido con pobreza de ocasiones.

Es decir, si bien tres veces la pelota se fue a descansar a las redes, la primera fue consecuencia de un penal mal cobrado, la segunda de un tiro de esquina que era saque de fondo y el descuento de un contraataque cuando ya las emociones habían menguado. En cuanto a fútbol, poco mérito.

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El espectáculo estuvo en las tribunas

Pero, no por eso podemos descalificar lo ocurrido ayer en el Estadio Uno. Es que si bien dentro de la cancha lo sucedido fue para el olvido, fuera de ella, se vivieron cosas surrealistas.

Primero, la llegada de ambos equipos se hizo con la escolta de varios carros de policía, pero la verdad es que ni se necesitaban, ya que ningún hincha esperaba a los buses de los planteles. En el caso de Colo Colo, sólo tres seguidores se apostaron en la entrada del bus y tuvieron que irse apenas pasó, porque la llegada estaba cerca también del ingreso de los hinchas azules. No iba a ser que se repitiera lo que pasó en el aeropuerto, donde ya se habían agarrado a puñetazos.

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Pero, además, la poca presencia de público permitió que los barrabravas se mandaran mensajes de un lado a otro del estadio. Sí, desde la galería azul le gritaban a los del lado colocolino y estos, a su vez, respondían. Y todos los que estaban en medio escuchaban esta retahíla de sinsentido con un poco de humor. Se estaba en presencia de la "picardía chilena" en su máximo esplendor.

El problema es que la bronca entre ambas hinchadas es un poco, solo un poco, más profunda que unos simples garabatos y recados para la mamá del otro. Es por eso que cuando se supo que unos hinchas de Colo Colo bebían cerveza en las afueras de la galería azul, los azules vaciaron sus puestos y se dirigieron a agredir a los susodichos.

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¿Resultado? La policía argentina, que no se caracteriza por su suavidad, disparó tres veces escopetazos al aire y hasta ahí no más llegó este brote de violencia. Seis hinchas fueron detenidos y no se les soltaría hasta altas horas de la madrugada.

Si no es por eso, en todo caso, la ciudad siguió su desarrollo normal. Pocos sabían de que se jugaba el Superclásico chileno en el estadio de Estudiantes. Algunos se acercaban como anonadados por la multitud de periodistas y el despliegue policial, pero cuando se les decía que eran Colo Colo y la U que jugaban hacían un ademán de incredulidad.

Para ellos no existe más que el "Lobo" (Gimnasoa) y el "Pincha" (Estudiantes). Aunque, algo deben haberse enterado de la importancia de las escuadras chilenas, sobre todo con la entrada de los equipos a la cancha, que fue recibida con una pirotecnia de importantes dimensiones. Pocos en cantidad, pero de alta calidad los hinchas que atravesaron la Cordillera.

La historia de este Clásico puede no haber terminado aquí. Justo en la noche del partido, los choferes de los buses que van desde La Plata a Buenos Aires se declararon en huelga, por lo que fue imposible para muchos hinchas devolverse a capital.

Quizás, entre los pocos bares abiertos, pudieron encontrarse, nuevamente, colocolinos y azules.Y de ser así, es bastante poco probable que haya sido para darse un abrazo.

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