“Yo, cuando entré, también fue por un directorio renunciado”, recuerda Reinaldo Sánchez desde Quillota, donde pasa la cuarentena. A 50 kilómetros de Valparaíso, desde donde dio el salto al máximo sillón de la ANFP, comenta con En Cancha la nueva crisis que se vive en el organismo de Quilín, donde hoy se confirmó la dimisión de Sebastián Moreno.
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“No lo conozco”, reconoce el ex timonel del ente rector. “Pero a los presidentes los ponen y los sacan los dueños de los clubes, y a lo mejor no les convenía”, complementa.
Respecto a su experiencia en el manejo del cargo, que le costó la salida a Moreno, el histórico dirigente de la Quinta Región explica que “para mí nunca fue complicado. En los años que estuve, los acuerdos que quise sacar, los saqué”. Agrega que “no tuve grandes problemas con ninguno. Creo que supe gobernar, porque no fueron capaces de derrocarme”.
El otrora mandamás de Santiago Wanderers critica a quienes conducen actualmente a los equipos. “Hay tanto empresario extranjero y otros chilenos. La mitad son frescos”, lanza.
En la misma línea, el ex jefe del balompié nacional apunta a quienes sólo buscan su tajada en esta actividad. “Cuando pones plata en un club, te duele, por eso cuidas las cosas. Ahora, con las millonadas que da el Canal del Fútbol, todos quieren agarrar una parte. Ése es el problema”, analiza.
Por eso, el viñamarino, de 75 años, prefiere el estilo antiguo. “Las personas que viven del fútbol no deberían estar dirigiéndolo, es peligroso, no pueden hacer las dos cosas a la vez. Además, cuando yo estuve, el presidente era gratis”, refresca.
Siguiendo con esta argumentación, y consultado por Harold Mayne-Nicholls, su sucesor en la presidencia, cuyo nombre ya empezó a surgir como candidato, Sánchez es claro. “Es una persona que vive del fútbol, que necesita trabajar en él para ganar plata. Los dirigentes antiguos nos poníamos, otros viven de esto”, cierra.