“Dejé de pertenecer a O’Higgins“, le dice Diego Buonanotte a En Cancha. El Enano, ahora jugador libre, atiende el llamado de este medio y analiza lo que fue un complejo año para el cuadro de Rancagua, que con apenas 31 unidades cosechadas en el Campeonato Nacional se salvó del descenso solo porque a Cobreloa le metieron más goles.
“No fue un año grupalmente bueno, está claro. Se hicieron las cosas mal y tuvimos la fortuna de quedarnos en Primera pese a toda la mala campaña que se hizo. Fue un año complicado, esa es la verdad. No sé si la palabra ideal sería vergüenza, porque vergüenza no hay que sentir en el fútbol, pero sí tristeza por cómo se dio este 2024″, asegura.
El ex Universidad Católica disputó 27 partidos con la camiseta celeste, marcó 2 goles y dio 1 asistencia. Sin embargo, el equipo de Víctor Fuentes simplemente no anduvo y sufrió hasta la última jornada del torneo.
-Con la temporada cerrada, ¿qué explicación le das al rendimiento que mostró O’Higgins?
Fueron varios factores. Cometimos errores en todo aspecto. La mala campaña es de los jugadores, y los más grandes, como es mi caso, tenemos que hacernos responsables. Yo me hago absolutamente cargo de lo que pasó, porque soy uno de los más experimentados. Me siento responsable de lo que pasó, pero lo cierto es que se tomaron malas decisiones en todo aspecto. Es un conjunto de cosas que luego, obviamente, se ve reflejado en los 11 que entran a la cancha. En todo caso, estoy seguro que lo que sucedió este año al club le va a servir mucho, sobre todo para no cometer los mismos errores en el futuro. Somos culpables todos. O’Higgins tiene que estar en otra posición, peleando por cosas importantes en el torneo. No hay un error puntual ni a alguien que señalar, todos somos responsables.
-¿Cómo te manejaste en un momento así con la experiencia que tienes? A los chicos había que pedirles calma, ¿no?
No, a ver, para mí O’Higgins tiene un fútbol formativo muy bueno y los chicos tienen un futuro gigante, enorme. Son sanos, quieren aprender, están centrados en lo que tienen que hacer. Te hablo de los (Joaquín) Tapia, los (Esteban) Calderón, los (Felipe) Ogaz, los (Martín) Maturana, los (Felipe) Faúndez... Se les hizo difícil porque jugábamos mal y estuvimos complicados durante el año, pero lo supieron llevar. Ojalá en el 2025 los chicos puedan explotar en un ambiente distinto. Con ellos tuve una relación extraordinaria. Los traté de guiar y ellos me enseñaron mucho a mí también.
-Más allá de lo deportivo, ¿cómo fue esa estadía en Rancagua?
Espectacular. A mí y a mi familia nos encantó la ciudad, nos acogieron muy bien. Ahora que estoy más grande, para mí eso es fundamental, porque si mi familia está mal y yo meto cuatro goles todos los partidos, eso no me va a llenar. Pero lo cierto es que la pasamos bien, mis hijos felices en el colegio, mi mujer también. Solo palabras de agradecimiento para el trato que nos dio O’Higgins.
-¿Te vas bien del club?
Sí, aunque obviamente con el sabor amargo de no cumplir con el objetivo deportivo. Vine con la ilusión de aportar para dejar a O’Higgins en lo más alto, pero bueno, lo que uno tiene presupuestado no siempre se cumple. Me queda esa espinita.
Diego Buonanotte: “No juego por dinero; me mueve dejarle algo a los más jóvenes"
-¿Y con 36 años quedan ganas de seguir jugando?
La verdad es que yo me siento bien. Ojalá yo dejar el fútbol y no que el fútbol me deje a mí. Físicamente no tengo problema. Después en lo futbolístico cada uno tendrá su opinión, yo trato de no entrar en esa, porque siempre acepté la crítica en mi carrera, pero te puedo decir que fui uno de los jugadores que siempre estuvo a disposición del entrenador. Jamás me perdí un entrenamiento o un partido, y eso a mí me llena de orgullo. Es un trabajo silencioso que al final siempre te termina recompensando. Me quedo con la tranquilidad que siempre me maté por rendir cada vez que me tocó jugar, dejé la vida en cada partido y siento que aporté.
-¿Y ahora qué viene?
Descansar, ja. No es momento para tomar una decisión. Esperando con tranquilidad lo que pueda venir. Físicamente estoy bien.
-Siempre en el fútbol chileno...
Sí, a esta altura de mi carrera difícil que me pueda ir de Chile. Al pueblo chileno le estaremos siempre agradecidos. Uno nunca sabe en el fútbol, porque terminan pasando otras cosas, pero ya estoy grande y veré una posibilidad acá. Si aparece un proyecto que me seduzca, genial. Es cierto que ahora ando un poco más selectivo, porque para mí todo pasa por lo familiar. Eso sí, que sepa el próximo club que mi pasión es el fútbol y que me entrego siempre al máximo. Ya no juego por dinero, no me importa. Donde voy siempre quiero aportar y dejar algo, tratar de ser ejemplo, sobre todo para los más jóvenes. Eso es lo que me mueve. De O’Higgins me fui tranquilo porque sé que algo les dejé a los más chicos.