Colo Colo tuvo un movido mercado de fichajes, potenciando tanto el primer equipo como el de Proyección. Uno de los jugadores que llegó fue Juan Pablo Canales, defensor central de 1,86 que estuvo a prueba en Macul durante un mes y sorprendió a todos.
El oriundo de Talca dejó el Club Coliseo de la Tercera División B para luchar por su sueño: jugar en el cuadro albo. Canales estuvo entrenando en el Estadio Monumental hasta que Eduardo Rubio lo llamó para informarle que se quedaría de forma definitiva en el club el miércoles pasado.
¿Su primera acción? Llamar a su padre para informarle que, después de años de esfuerzo, dio un paso gigante para lograr debutar con la camiseta de Colo Colo. Un deseo que nace gracias al fanatismo de ambos por el cuadro del Cacique.
Juan Pablo Canales atendió el llamado de En Cancha y contó toda su historia. Desde ser rechazado por varios clubes de Primera División, pasando por una etapa en la que quiso dejar de intentar ser futbolista profesional, hasta ahora, en donde su llegada al elenco albo llamó la atención de todos.
El largo camino para llegar a Colo Colo
- Cambió todo de la noche a la mañana. ¿Cómo han sido estos días como jugador de Colo Colo?
-Me tomó por sorpresa, porque es un sueño de niñez que yo tenía. Siempre quise llegar a Colo Colo, porque soy hincha y desde chico que iba al estadio con mi papá a ver al equipo. Toda mi familia es colocolina, excepto mi mamá que es de Universidad Católica, pero ahora como voy a jugar por Colo Colo, se cambió, jaja, no lo dudó.
- ¿Cómo se tomó tu familia esta noticia?
-Fue algo que ni yo me imaginaba, pero lo primero que hice fue llamar a mi papá y le dije que quedé en Colo Colo. No me respondió más y se puso a llorar, de hecho, me tuvo que cortar porque no me pudo responder de la emoción. Mi papá es muy fanático del equipo, así que le cumplí un sueño por así decirlo. Con mi mamá me pasó algo similar, tuve que llamarla en la tarde para poder hablar, sino no me podía responder.
-Tengo entendido que la distancia te ha privado de ver a tus padres ¿no?
-A mi mamá la vi la semana antepasada, porque no los veía hace como tres meses, porque yo estaba en Algarrobo jugando por Coliseo y ellos en Talca. Me gustaría poder verlos un poco más seguido, pero ahora que estoy en Colo Colo, va a estar un poco más complicado por los tiempos.
-No es fácil estar lejos de la familia...
-Ya me he ido acostumbrado a estar lejos de mi familia, más de cinco años estando muy lejos de ellos. Hay que estar bien preparado mentalmente para eso. Yo en Algarrobo estaba en una pensión que tenía el club y ahí estaba entrenando día a día, pero siempre pensando en la familia.
-Pasaste de un club de Tercera División a uno de los más grandes de Chile como lo es Colo Colo. ¿Cómo ha sido este proceso?
-Empezó la segunda rueda en Coliseo y jugábamos contra el puntero de la división, en un partido de locura que terminamos empatando 1-1. Ahí estaba el profe Luis Muñoz que me vio y el lunes me mandó un mensaje que tenía que ir a probarme a Real San Joaquín, pero de la nada en ese mismo momento me llamó el presidente del club y me dijo que querían verme en Colo Colo, por lo que tenía que viajar altiro. No lo dudé ni un segundo y partí rumbo a Santiago, porque sí o sí tengo que jugar en Colo Colo.
-¿Cuánto tiempo estuviste a prueba en el club?
-Estuve un mes, de hecho el lunes 5 se cumplió. El miércoles había un partido amistoso contra Colina y ahí el profe Eduardo Rubio me llama para decirme que iba a ser considerado, indicándome que me iba a quedar en Colo Colo.
-Una emoción desbordada...
-En ese momento estaba en el camarín y quedé en blanco, no reaccioné a nada. Más que nada porque me ha costado bastante llegar hasta aquí.
-Pese a tu corta edad has dado la vuelta larga en el fútbol
-Ha sido un camino largo. A principio de año estaba en Rangers, pero nunca me dieron la oportunidad y yo tuve que salir a buscarla, así que fui solo y llegue a Deportes Quillón. Ahí el profe Yuri Fernández también me cerró las puertas porque era muy chico de edad, necesitaba gente un poco más grande. Después fui a Coliseo y ahí me abrieron las puertas, me gané la titularidad, fui capitán y fue clave para llegar hasta Colo Colo.
-Tuviste pasos por varios equipos profesionales en las juveniles
-Sí, me tocó pasar por Rangers, Cobreloa, Huachipato, Palestino y en Renca. Me quedé en Rangers y después no encontraba una solución para jugar, así que partí a préstamo a un equipo de Tercera División, que fue Constitución a los 16 años y de ahí estuve por varios clubes de la categoría.
La idea de tirar la toalla y renunciar al sueño
-Teniendo en cuenta lo ajetreada de tu trayectoria. ¿Pensaste en tirar la toalla alguna vez?
-Muchas muchas veces lo pensé. Estando lejos de la familia, me frustraba cuando algo no me salía y comenzaba a decir que esto no era lo mío, que tenía que alejarme, pero ahí estaba mi apoyo familiar que me decían que no renuncie. Siempre que intenté tirar la toalla estuvieron ellos ahí, así que todo lo que hago es por ellos y por mi futuro.
-No ha sido fácil el camino hasta acá...
-Me ha tocado muy difícil, ya que muchos técnicos no me han querido, después me dicen que sí, después que no. Entonces tuve muchas desmotivaciones, no quería nada ni levantarme a entrenar, pero fui fuerte de mente y salí de ese círculo. Me cerraron muchas puertas pero logré llegar a Colo Colo.
-Dio frutos el seguir persistiendo...
-Muchísimos, de hecho nunca me imaginé que iba a entrenar con Arturo Vidal, Mauricio Isla, Brayan Cortés, entre otros. Verlos pasar cuando uno está entrenando es impresionante. Ahora, si me toca subir al plantel y compartir con ellos sería un verdadero sueño.
-¿Algún jugador del plantel actual que sea un ejemplo para tí?
-Me llama mucho la atención Maximiliano Falcón. Me siento muy identificado con él, porque es demasiado aperrado, muy fuerte en la marca y cuando lo necesita el equipo él está siempre ahí. Tengo un estilo de juego bien parecido a él, ya que soy agresivo en la marca y las peleo todas. Trabajo día a día para mejorar, incluso en cuarentena no paré, todo para poder cumplir mi sueño.
-¿Cómo fue ese proceso de cuarentena?
-La sufrí demasiado, porque fueron dos años perdidos para mí, pero no me desmotivé y a las cinco de la mañana estaba entrenando solo para no perder el ritmo. Se me iban a cerrar muchos caminos, pero yo no perdí el tiempo y me puse a entrenar con un preparador físico para no perder todo el esfuerzo.
-¿Pensaste que tu carrera se acababa con la cuarentena?
-Me pasó muchas veces, ya que algunos de mi serie estaban subiendo al plantel. No fue por envidia a ellos, pero yo pensaba que entrenaba duro todos los días y no me llevaban a mi, sentía que me quedaba atrás. Un día mi papá me escuchó llorar en la pieza y yo le decía que no podía más, que no quería seguir, pero él siempre me apoyó y estuvo conmigo motivándome.