Confirmado: el defensor chileno Thomas Galdames será un nuevo integrante de la armada chilena en el fútbol ruso, luego de confirmarse su traspaso al Krylia Sovetov, por las próximas tres temporadas.
Un salto importante para el seleccionado chileno, a un destino, eso sí, un tanto peculiar. A más de mil kilómetros de distancia de la cosmopolita Moscú, Samara ofrece otros desafíos: adptarse a una ciudad con culturas distintas a las nuestras, con un clima implacable y con aires bastante más locales que la capital del gigante euroasiático.
Bien lo sabe el ex arquero de Colo Colo, Audax Italiano, Wanderers y Unión Española, entre otros equipos, Eduardo Lobos, quien tuvo uno de los pasos más importantes de su carrera profesional, justamente en Krylia Sovetov, camiseta que defendió por seis temporadas, entre 2005 y 2010.
Los recuerdos de Samara de Eduardo Lobos
El campeón en la quiebra con el Cacique en el Clausura 2002 dejó de ser hace apenas un par de meses el entrenador de Deportes Linares. Hoy, se encuentra planificando su próximo paso como entrenador (”Está lento todo, con la pausa por Copa América”, confiesa), pero al conocerse la partida a Rusia de Galdames, su testimonio cobra vital relevancia.
Lobos estuvo en propiedad por esos lares. Los recuerda muy bien y a él también allá le guardan un especial cariño. En Cancha conversó en exclusiva con el ex golero, para entender en parte qué le espera al seleccionado chileno a su llegada a tan remoto destino.
“Krylia es un equipo de la ciudad de Samara. Está muy cerca de Togliatti, que es donde está la fábrica de los autos Lada, que es uno de sus grandes fuertes en la economía de la zona… Es un equipo con una hinchada muy fiel que en los últimos años ha pasado por cierta inestabilidad deportiva. Que desciende y asciende. En el corto tiempo, eso sí, ha logrado permanecer en la Premier, dice el curicano.
Para Lobos, “El club tiene todas las condiciones para trabajar bien. Un complejo para los entrenamientos, un hotel propio para concentrar, gimnasio, canchas sintéticas. Todos los elementos para desarrollar bien el fútbol. Después del Mundial de Rusia 2018, construyeron un estadio nuevo, que no conozco, pero sé que es hermoso. Es un muy lindo desafío”.
-¿Es muy difícil adaptarse a un lugar tan distinto a Chile?
-No creo que tenga dificultades de adaptación, porque va a tener a Alexei Wezerov, que es el traductor y maneja diez idiomas a la perfección, así que por ese lado no va a tener problemas. Es una gran oportunidad, porque la Liga Rusa tiene todo el poderío económico para seguir creciendo, como lo venía haciendo desde antes de la guerra con Ucrania.
-Pero el clima es inclemente y asusta a cualquiera...
-Uno tiene algunos prejuicios. Se cree que durante los 12 meses del año hacen menos 40 grados, que es como Siberia, pero tiene de ambos lados. En invierno, sí es bravo. Cuando llegué, me tocó debutar con 12 grados bajo cero y entrené con -15 o -20. Si se ve desde esa perspectiva, claro que es duro, porque hay que acostumbrarse a entrenar con nieve. Andar súper abrigado, la pelota que es roja o naranja. Pero la vida cotidiana es como en los países escandinavos, que está todo súper adaptado, desde la calefacción en los hogares, en los supermercados. En definitiva, uno anda con una polera y una parca, porque son pocos los espacios en que se anda a la intemperie.
-¿Es todo el año así?
-Quizás le sea difícil al principio manejar con nieve, pero allá están todos los autos adaptados. No se utilizan cadenas, sino unos neumáticos con unos clavos especiales que dan buena tracción... Pero, cuando se pasa al clima más cálido, me tocó estar con 40 grados y es insoportable. En Samara está el Río Volga, el más grande de Europa, y en verano se hace una especie de playa, en que la gente va el fin de semana. Se hacen asados, canchas de fútbol playa, vóleibol. Hay muchos elementos que lo hacen entretenido...
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Eduardo Lobos: “Thomás tiene que presentarse con humildad”
El ex arquero cuenta que es tanto el que cariño que aún mantiene con la institución que lo invitan constantemente para que vaya de visita al club que defendió. “Este año o el próximo iré”, adelanta, al tiempo que se adentra en la idiosincracia con que Galdames se encontrará en su nueva casa futbolística.
“Los rusos no son tan amenos en cuanto a juntarse o hacer asados. Cuando estuve, teníamos un grupo latino en que nos reuníamos y hacíamos ese tipo de actividades. La gran mayoría, cuando se junta es porque está de cumpleaños algún jugador y como rutina se invita a todo el plantel. Tiene que haber una adaptación importante de Thomas en ese aspecto, de presentarse con humildad, de ‘vengo recién llegando’, porque recuerdo que algunos compañeros sudamericanos que llegaron agrandados no los pasaban y los dejaban de lado; no eran compatibles con el grupo, así que hay que tener un poco de cuidado. Son celosos de su lugar de trabajo, no son tipos de piel, querendones, pero si uno anda bien desde lo deportivo y con humildad desde lo humano, no tendrá problemas”.
-¿A usted le fue muy difícil?
-Mi personalidad es un poco parecida a la de ellos, no tanto de piel, retraído, introvertido y ellos lo aceptan de esa forma. Mi rendimiento deportivo fue bueno allá y por eso me quisieron mucho.
-¿Qué otros pasos son claves para la adaptación?
-Que intente hablar el idioma lo más rápido posible, porque si bien tendrá al traductor, también le servirá para adaptarse mejor a la vida cotidiana. Poder salir solo, ir a comprar, ir a comer, ser independiente. Si va con la familia, que ellos también se adapten lo más rápido posible...
-Debe costar aprender un idioma tan distinto al español...
-Yo aprendí bastante. Después de dos años, ya logré manejarlo, no a la perfección, pero ya pude escuchar las charlas técnicas sin problemas, comunicarme con mis compañeros y hacer mi vida diaria. También es querer uno, porque yo no hice cursos, fui autodidacta. Aprendía palabras, las memorizaba y así fui creciendo. Si él va a estar con el traductor todo el tiempo, se va a demorar mucho más en aprender...
-Un problema clásico del chileno en el extranjero: las comidas...
-Uno tiene prejuicios de no probar las comidas que no son de uno, pero está el Pelmeni (una especie de pasta rellena de carne) que es delicioso, ensaladas. Me gustaba la comida rusa, al principio quizás no tanto, pero tenía amigos chefs colombianos y cubanos que cuando iba a visitarlos me tenían cosas más parecidas a las nuestras. Pero ya después me tuve que ir adaptando, no iba a ir todos los días a comer a un restaurante. Hay posibilidades de sabores distintos, comidas distintas, todo se puede probar, no te va a hacer mal. Si no te gusta la comida rusa, hay muchos productos en los supermercados para acercarse a la comida de nosotros.
-¿Algún consejo final para Thomas Galdames?
-Conozco más a Pablo hijo y Pablo papá que a Thomas, pero sé que son tipos sumamente profesionales, así que por ese lado no creo que tengan problemas. Son un poco como los rusos, que están siempre en el peso, se entrenan muy bien. Desde el punto de vista físico y deportivo, no creo que Thomas tenga problemas. Insisto en llegar desde la humildad y el trabajo a un fútbol que es físico, de lucha, de intensidad; el fútbol sudamericano se ve un poco más técnico, pero Thomas no tendrá inconvenientes, porque viene de una Liga que también es muy dura y más o menos parecida a lo que encontrará en Rusia.