Pocos minutos después de las 19:00 horas arriba a la alfombra roja de la Gala Crack de TNT Sports que premia a los mejores del año en el fútbol chileno y a nadie le extraña su presencia en el lugar. Claro, el Ñublense de Jaime García que copó portadas por su rendimiento en 2022 parece lejano, pero la circulación de su nombre como candidato para la banca de los grandes del balompié local e incluso La Roja lo mantienen como uno de los personajes importantes del medio.
Con la sonrisa a flor de labios posa para los gráficos presentes en el evento y con la misma estampa después se pasea por los pasillos de Chilevisión mientras se desarrolla la ceremonia. Abrazando gente, sacándose fotos y conversando con viejos conocidos en el pequeño “jet set” de nuestra liga.
“Qué hacés gordo”, le dice Claudio Borghi, con quien conversa por largos minutos en el backstage de la premiación y tras esperarlo pacientemente, nos mira de lejos y con ese mismo gesto con el que llama a alguno de sus jugadores para hacerlos ingresar a un partido, nos convoca para conversar de todo un poco. Un Jaime García en estado puro.
“Dale, dale. Conversemos”, es la invitación que le hace a En Cancha para desmenuzar lo que fue su viaje al Viejo Continente, donde compartió con nombres como Manuel Pellegrini, Claudio Bravo, Alexis Sánchez y Guillermo Maripán, entre otros, en el detonante para un diálogo que pasará por sus desafíos en Chile, el manejo de los camarines, las críticas por su cercanía con los jugadores y otros temas más.
-Jaime, ¿qué nos puede contar de su paso por Europa, primero desde lo humano?
-La verdad es que yo quedé muy agradecido de ellos, porque se dieron un tiempo que no todos se dan. Hicieron algo que no se da que es compartirle a un compatriota algo que no todos pueden ver. Alexis se portó muy bien, Claudio para qué te cuento cada entrenamiento, conversamos un poco lo que es el fútbol chileno, lo que está pasando. Le contaba lo que pasaba en cadetes acá porque él es de esos que quiere informarse de todo. Después Maripán un cabro chico que se ríe mucho, se preocupó de sacarnos a pasear, a comer, se preocupó de todo. También pasó con Manuel Pellegrini, un tipazo, un señor del fútbol. Yo de verdad volví con una felicidad por haberlos conocido y destacar también a Leo Rodríguez, quien sin conocerlo me abrió las puertas para llegar al Atlético Madrid por su conexión con el Cholo. Por esa parte quedé muy contento.
-¿Y es tan diferente lo que se ve allá a los entrenamientos en Chile?
-Es raro porque claro, estamos a años luz, pero hay cosas muy similares. Las sesiones de entrenamiento son las mismas que hacemos acá, corren lo mismo, los mismos cuadrados, los mismos conos. Todo lo mismo. La diferencia está en la intensidad. Más que ver en qué estaban ellos, de lo que obviamente se aprende, quería saber cómo estoy yo, si iba bien o mal y seguir con mi proyecto, así que contento por una experiencia donde no solo deberían viajar los técnicos. Deberían ir los dirigentes y entre todos ver qué se puede traer.
-¿Cruzado con algo de ansiedad sobre saber de su futuro?
-Siento que es algo que tengo que verlo con tranquilidad. No por querer apurarme voy a tomar cualquier proyecto. Necesito que realmente estén convencidos conmigo.
-Viene de la vuelta larga con Ñublense y buenos resultados pero, ¿es hora de dar un paso o podría también partir de cero? ¿Se abre a dirigir en la B si la idea lo seduce?
-Es que más allá del proyecto, yo creo que tiene que haber seriedad en los que creen de mí. Necesito un club que entienda que en algún momento yo voy a fallar y ahí me van a tener que apoyar, levantar y vamos para adelante. Yo lo sé porque tuve esa protección en Ñublense y esos proyectos, como el de Huachipato que no le fue bien pero fue campeón o el de Cobresal mira lo que está haciendo, entonces cuando tú encuentras un lugar que confía en lo que se está haciendo, se consiguen las cosas. Un espacio donde haya paciencia para que trabajemos.
-¿Pero puede tener esa calma cuando agarra el celular y lee noticias de “Jamie García a Colo Colo”, “Jaime García a la U”, “Jaime García a la Selección”?
-Es algo muy lindo. Con tan poca trayectoria saber que mi nombre es una opción ya me hace feliz y solo te puedo decir es que si algún día llega esa oportunidad, la capacidad está. A lo mejor el fútbol me va a poner en su momento debido, quizás me toca esperar un peldañito más, pero de que estoy preparado, lo estoy. La experiencia que te da un equipo de región te prepara para saber cómo arreglártelas para conseguir cosas. Entendiendo que hay otra exposición y exigencias, pero acá nada ha sido suerte.
-Sus detractores ponen el tema de su cercanía como un potencial defecto a la hora de dar ese salto...
-Acá no hay que confundir lo cercano o lejano. Cada uno ve cómo lo toma y yo decidí ser cercano y el jugador ve cómo lo va a tomar. Yo no sé de cuánta cercanía me hablan si acá lo importante es ayudar a que el jugador rinda de mejor manera en la cancha. No hay que confundirse, porque los límites se dan solos y ellos te hacen saber hasta dónde quieren que me acerque, pero ahí soy claro. No voy a caer en indisciplinas ni apoyarlas. Creo que si a mí un jugador me deja que lo ayude, yo lo voy a hacer y lo haré veinte veces, pero uno tiene claro hasta dónde meterse.
-Ha sido criticado por colegas pero los jugadores suelen hablar bien de su trabajo...
-Es que a mí nunca jamás me has visto declarar algo que no corresponde y ese es el respaldo que después tengo para dirigir. Me puedo equivocar, le puedo gustar o no gustar a un jugador, pero si nos podemos mirar a la cara y me dirá “nunca me traicionaste, nunca me mandaste al frente, nunca me levantaste una mano, nunca me quisiste cagar”. Con el tiempo uno se mira y sí, fallé en un cambio, no lo puse y no le gustó, pero nunca hubo maldad. Del resto uno se queda en silencio y me río nada más. Lo que pase, si me encuentran bueno o malo y lo que digan no es algo de lo que me pueda encargar yo. Eso lo verá el destino, el futuro de cada uno, pero si tuviese que responderle a cada uno de los que habla, uno no terminaría nunca.
Las luces y sombras de su paso por Ñublense
El gran año de Huachipato y Cobresal ha sido visto por muchos como un dejavú de la campaña de Jaime García con Ñublense, y el paso de ambos equipos a la fase de grupos de la próxima Copa Libertadores invita a que el técnico recuerde los pro y los contras de enfrentar esta realidad, con el riesgo de quemar las naves en este desafío y sufrir las consecuencias en el plano local.
“Te cambia todo. Viajas muchas horas y tienes partidos entremedio, la recuperación cambia, las comidas, las escalas. Son muchos factores. Yo creo que para mi fue una experiencia muy linda porque vez que equipos que son fuertes no te salían a presionar. Nos esperaron, buscaban otro tipo de juego porque a medida que jugábamos la copa nos sentían un rival con personalidad”, explicó García.
-Una experiencia nueva para mucho de los jugadores que disputarán la Copa Libertadores 2024...
-La copa es un plus grande para los chicos que necesitan esa vitrina. A veces las luces están muy prendidas y eso cuesta bajarlo porque, llegas al campeonato nacional en donde si tú no tienes un plantel de 24-25 jugadores eso te genera un desgaste tremendo. Te hace falta pierna, te cuesta el cambio de chip, entonces es complicado.
-Por lo que vimos con Curicó Unido y el mismo Ñublense parece ser un problema más que un privilegio, ¿o no?
-Lo que pasa es que te encuentras con la realidad y puede gastar el club. Armar lo justo y preciso, saber que necesitarás tener a dos jugadores por fila y eso cuesta sostenerlo. Que no puedes pagar un chárter de 5 horas y tomas un vuelo de 18, entonces la situación te va estresando. Es complicado cuando no hay esa plata y al explicarlo te dicen que te estás excusando, pero también jugar esa copa hace que el club tenga otro prestigio y otras aspiraciones, dar un salto de calidad. Prefiero mil veces jugarla a no jugarla.
-Confiese qué dijo cuando vio a Liga de Quito campeón de la Sudamericana. Fijo que dijo “ahí los tuvimos”...
-Jajajá, no sé si tan así, pero demuestra que nada ha sido por suerte. Fuimos a jugar de igual a igual allá, lo mismo que con Aucas. Son formas de corroborar que es una consecuencia del trabajo. La suerte es un factor chiquitito, que si no va acompañado con trabajo no te va a servir de nada.
-Ahora pasó de dirigir la Libertadores a mirar la Champions. ¿Cotizó algún departamentito en Milán?
-No, estás loco, son carísimos. Lo mío está acá y en seguir creciendo como técnico y como persona.
-¿Cuál es su deseo de Navidad entonces?
-La verdad, que siga con vida mi mamá. Es lo único que quiero y mi mejor regalo.
-Y nos sumamos a ese deseo, pero algo más debe necesitar. Calzoncillos, calcetines... Siempre vienen bien en estas fechas...
-Jajajá, no, de verdad que no. No hay nada especial que necesite y de esos tengo hartos.