El nombre de Ignacio Arqueros es conocido en el fútbol joven de Universidad de Chile. El delantero, nacido el año 2001, fue goleador en todas las categorías infantiles y juveniles durante su estadía en el club, en el cual era catalogado como el gran proyecto de centrodelantero azul.
La vida de Ignacio dio un giro radical en 2019, donde inesperadamente desapareció del mapa futbolístico, y no se supo más de su paradero. Hoy, en conversación con En Cancha, el exjugador confiesa cuáles fueron las razones detrás de su repentina salida de la U, y qué pasa con su carrera en la actualidad.
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- ¿Cómo recuerdas tus años en el fútbol joven de la U?
Fueron años muy lindos. Yo soy hincha de la U desde que soy un niño, entonces el hecho de llegar a vestir la camiseta del club era un orgullo. Me hizo muy feliz ganar campeonatos, ser goleador prácticamente siempre, esos años me marcaron y me marcarán para toda la vida.
-¿Cuáles fueron los motivos detrás de tu salida?
Se dieron varias cosas que me marcaron harto. Uno de los grandes motivos tiene que ver con la pretemporada del año 2018 en la U, donde creo que una serie de factores me jugaron una mala pasada. Yo venía de ser goleador en el torneo sub-16 2017, donde salimos campeones, entonces luego de eso me relajé, me fui de vacaciones y me dejé estar para desconectarme un poco del fútbol. Teníamos que volver a mediados de enero, así que yo la semana anterior comencé a retomar los ejercicios para llegar de buena forma. El tema es que dos días antes me avisan que tengo que ir con el primer equipo a la pretemporada en La Serena. Yo no me sentía preparado, pero tomé el desafío porque no podía decir que no, lo que lamentablemente no salió bien, porque verdaderamente la pasé muy mal en esa pretemporada, y fue un golpe muy duro para mí.
-¿En qué sentido te afectó ese momento?
Como hincha fue una experiencia súper linda, compartir con cracks, vivir toda la exposición de un jugador adulto, pero en el plano deportivo, fue el peor momento de mi carrera. Es un contraste muy notorio, yo tenía 16 años, y sentía mucha frustración, que no daba el ancho. Fue muy duro enfrentar eso, habían profes un poco crueles que me decían directamente "cagón" y todo ese tipo de cosas, porque no aguantaba los trabajos físicos a la par de mis compañeros, que en ese entonces eran Mauricio Pinilla, Lorenzo Reyes, David Pizarro. En ese momento era el más chico de la delegación. Se me maltrató después de ese episodio, y eso me desmotivó mucho. Fueron momentos feos que me costó superar.
-¿Luego de eso dejaste el fútbol?
No. Me aparté un tiempo porque de verdad quedé muy golpeado, pero mi abuelo me convenció de volver a demostrar y seguir siendo lo que era. Lamentablemente, él meses después falleció, lo que fue un golpe muy difícil. Mi abuelo me enseñó todo, me dio los valores como persona, me llevó a jugar a la pelota, y no lo pude soportar. Hay gente a la cual los duelos les dan fortaleza, pero yo no pude, no tenía fuerzas, no tenía ganas. Luego vinieron muchas muertes familiares que me sumergieron en una depresión muy grande, en la cual no me daban ganas de continuar con mi carrera, así que lo dejé hasta ahí.
-¿Crees que la U te falló en ese momento?
Creo que la U tuvo responsabilidad, pero yo también. Sigo siendo hincha del club, y hay gente que le tengo mucho cariño allí, pero también siento que en un momento se me soltó la mano. No me dieron las herramientas para poder seguir y mantenerme donde estaba. En el club hubo mucha gente que me intentó ayudar, darme una mano para volver al fútbol, pero no sentí apoyo de la institución.
-¿En el proceso formativo hay una carencia en el plano de la salud mental?
Totalmente. No te dan las herramientas para enfrentar situaciones que te pasan la cuenta. Nunca estuve en otros clubes, pero no debe ser muy distinto, incluso peor. Durante un tiempo, el jugador que llegaba al primer equipo era el que buscó ayuda o tuvo un soporte muy grande detrás. En el club habían sicólogos, pero el enfoque es el problema. No te enseñan a soportar las críticas, la presión, lo que va aumentando a medida que eres más grande. En un club de la repercusión que tiene la U, es algo en lo que deben ayudarte. En todo aspecto este tema está mal trabajado. Debería mejorarse a nivel nacional, cualquier carrera que uno quiera tomar, no solo de futbolista.
- ¿Cómo recuerdas a tus compañeros de categoría?
Tengo los mejores recuerdos. Por ejemplo, con Julián Alfaro hablo siempre. Ahora que salió campeón en Magallanes converso con él, y me alegro como si fuera un logro mío las cosas que gana. Estuve con él desde los nueve años, y me pone muy feliz que mis excompañeros cumplan el sueño que teníamos todos. Lo mismo Daniel Navarrete, que pudo llegar al primer equipo y está jugando por el club. En esa serie había muchos jugadores que podían estar en el primer equipo. Estoy muy feliz por los que llegaron a ser profesionales, y un poco triste por los que todavía no alcanzamos, pero vamos para allá.
- ¿Qué opinión te merece Esteban Valencia, tu entrenador durante gran parte del proceso formativo?
Estuve con él desde la categoría sub-12, mucho tiempo. Para mí es un gran formador, nos sacó gran rendimiento y tengo una muy buena impresión de él como profesional, era muy cercano a nosotros, nos daba mucha libertad para desarrollarnos dentro de la cancha. Él fue uno de los que llamaba a mi mamá para que volviera al fútbol durante toda esta etapa difícil que pasé. Me aconsejó, buscó soluciones, es un tremendo profesional.
La búsqueda de una segunda oportunidad
Pese a las constantes dificultades que ha tenido su vida y carrera, "Nacho" tiene la mente clara en un retorno, y sobre todo, en su gran sueño.
- ¿En qué estas en la actualidad?
No estoy en nada. Desde que dejé el fútbol estuve bastante perdido, sin rumbo. Ahora estoy volviendo a entrenar, a volver a adquirir esa hábito deportivo que tiene un futbolista. Tengo opciones de volver al fútbol, en Segunda División, y quiero tomar la chance. Ahora estoy tratando de volver a empezar, porque la verdad es que hace muy poco le volví a agarrar el gusto a todo esto. Luego de años fuera, te sientes lejano al fútbol, empiezas a dudar si puedes retornar, pero sinceramente estoy dispuesto y tengo las ganas.
-¿Antes no sentías esas ganas?
Siempre sentí inseguridad, mucho miedo. Llegué a angustiarme al hacer un ejercicio físico exigente, no quería jugar al fútbol con mis amigos. A ese punto llegué luego de lo que pasó en la pretemporada. Ahora tengo este ofrecimiento y quiero darme una segunda oportunidad, lo tengo decidido. Tengo las ganas y quiero retomar lo que alguna vez me llenó. Ahora soy un adulto, aprendí muchas cosas.
-¿Cómo cuales?
Llega un momento en el que no puedes caer más bajo, entonces estás obligado a levantarte. Yo siempre quise hacer cosas, pero luego de ese cúmulo de desgracias por las que pasé fue difícil plantearme hacer algo. Muchas veces no me veía un futuro claro, haciendo cualquier cosa, así de mal llegué a estar. Este año decidí que quiero volver, y lo daré todo por cumplir mi sueño. Quiero jugar, volver al mundo del fútbol, al ritmo de competencia.
-¿Cuál es tu sueño en tu regreso al fútbol?
Mi gran sueño es jugar en la U, darme esa revancha. Quiero jugar en el Nacional, hacer un gol, gritarlo con la gente. Ese será mi anhelo hasta que se me acaben las opciones de volver al fútbol. Lo quiero lograr, porque por mucho tiempo ese fue mi único objetivo y sé que puedo. Quiero volver a mi casa.