Parece que hubiera pasado una eternidad, pero no. Nicolás Trecco, aquel delantero argentino que brillara en Cobreloa el 2011 sigue más vigente que nunca.
Con solo 34 años, el otrora atacante loíno -que también defendió las camisetas de la Universidad Católica, Unión San Felipe, San Marcos de Arica y Rangers en nuestro país- se encuentra jugando en Douglas Haig, un conjunto de la tercera división de Argentina que lucha por volver a los torneos de mayor categoría.
“Estamos bien, vamos primeros en la tabla grupal y la general. Estoy vigente, estoy bien físicamente. Los últimos partidos me ha tocado jugar y a buen nivel, así que contento. Estoy disfrutando. Es una división muy fuerte”, le cuenta a En Cancha.
-En tu currículum se puede ver que jugaste en 18 clubes diferentes, y en diversos países. ¿Te hubiese gustado echar raíces en un equipo y quedarte de manera más estable allí?
-Sí, me hubiese gustado estar un tiempo más en Cobreloa o Católica, por ejemplo, pero a veces las situaciones se dan así. Uno no sabe lo que le depara el futuro. El fútbol es muy rápido, muy cambiante y se me fue dando así la carrera. En todos los clubes que me tocó siempre di lo mejor y traté de dejar la mejor impresión como persona también. Hoy si miro hacia atrás, por supuesto que me hubiera gustado asentarme más en un club.
-Llegaste incluso a defender al Mons Calpe, un club de Gibraltar, destino poco habitual para un futbolista. ¿Qué tal esa experiencia?
-Totalmente nueva. Si bien es un país chico que hace que se jueguen todos los partidos en un mismo estadio de cancha sintética, hay buenos jugadores igual porque siempre se miden a nivel selección con las potencias europeas. Lo raro era que casi todos los equipos van a entrenar a España, pero después van a jugar a Gibraltar. Es casi imposible vivir en Gibraltar salvo que seas nacido allí o tengas familiares. No te dan acceso a residir, pero sí a jugar en este caso. Al menos yo pude llevar a mi familia y lo pasé bien. En la cancha llegamos a semifinales de la Copa de Gibraltar. Son experiencias únicas que te da el fútbol.
-¿Qué recuerdos tienes de Chile?
Siempre recuerdos lindos de todos los clubes. Tuve buenos compañeros, buenas experiencias, en todos lados me trataron bien. Jugué en San Felipe, llegué a Cobreloa y llegamos a una final después de muchos años, clasificamos a copas internacionales. Llegué a Católica y ganamos un Clásico con gol mío. Convertí el primer gol de San Marcos de Arica en Primera después de 20 años. Todas cosas lindas la verdad. Lo que daría por volver a Chile, me encantaría, no le cierro la puerta para nada. Me siento bien futbolísticamente. Tengo la esperanza de que alguien me llame a fin de año.
-Y tienes 34 años recién. Jugadores de más edad están fichando en nuestro fútbol.
Sí, hoy la carrera se ha extendido más por el cuidado de los jugadores y eso es bueno. Hay muchos métodos para alargar la trayectoria de un futbolista, y yo me siento bien. No he tenido grandes lesiones en mi carrera y eso es un plus también. Ojalá se pueda dar. A mi familia y a mí nos encanta Chile. Sería lindo terminar mi carrera allá.
-E infiero que en ese pensamiento de finalizar tu carrera en nuestro país, Cobreloa tiene un espacio especial en tu corazón.
Obviamente. Es más, yo hablé con el presidente en su momento (Fernando Ramírez) y le dije que estaba dispuesto a volver sin siquiera tener un sueldo grande en el plantel, que me adaptaba, que mi intención era regresar y darle una mano al club para poder subir a Primera, aportando mi experiencia y mi fútbol.
-¿Y qué pasó?
No se dio, ellos llevaron a otros jugadores y está perfecto. Al menos yo hice mi parte. Llamé al club porque me encantaría volver a Cobreloa a tratar de lograr el ascenso.
-¿Te gustó vivir en Calama?
Sí. Recuerdo que fui solo, no tenía mujer ni hijos, así que me adapté rápido. En ese tiempo influyó mucho en mi decisión Nelson Acosta, porque me hablaba mucho, me aconsejaba, me cuidaba y me sentía respaldado por él en todo momento. Me dejaba jugar con libertad, me permitía asociarme con todos los jugadores y eso no lo olvido. Al hincha tampoco, porque la verdad es que me trataron siempre con mucho cariño. Yo era muy joven y ahí pude explotar todas mis cualidades. Se dio una sumatoria de cosas muy lindas y el único pero fue que nos encontramos con una Universidad de Chile muy buena, histórica. No tengo dudas que el destino también hubiese querido ver a Cobreloa campeón, pero la verdad es que la U tenía un súper plantel.
-Te tocó brillar contra Colo Colo también. ¿Cómo recuerdas esos partidos? Porque en Calama dicen que son a muerte.
Sí, totalmente. Haber hecho el 3-2 en el Estadio Monumental lleno fue muy lindo. Dejar eliminado a Colo Colo en una semifinal para Cobreloa es inolvidable, muy importante. Es uno de los grandes recuerdos que guardo en el fútbol.
Nicolás Trecco y su fiel compañera: la guitarra
-En Chile se te recuerda también por tu faceta musical. Agarrabas una guitarra y se armaba la fiesta, aunque también tocabas mucha canción romántica. ¿Sigues ligado a la música?
Ahora no tanto como en ese entonces, porque ahí no tenía pareja ni hijos y me dedicaba más a la guitarra, y hoy con dos hijos y mi señora es más complicado porque también estoy preocupado de ellos. Igual cada vez que puedo llevo la guitarra o me entretengo en Karaokes también. A mi hija le gusta mucho cantar y a veces la acompaño. Lo que sí, la guitarra va conmigo donde juego.
-Hay un video tuyo firmándole una camiseta de Católica a Ricardo Arjona. ¿Cómo se dio ese momento?
Sí, notable. Un momento único, espectacular. Un día en Católica, Cristopher Toselli me llamó diciendo que Arjona necesitaba jugadores para un partido y mucho no le creí, porque yo soy fanático de él y pensé que era una broma. Me pasó la dirección y fui, no recuerdo el lugar, pero era una parcela a unos 20 kilómetros de Santiago, con quinchos y cancha de fútbol. A la media hora aparece él con toda su gente de seguridad y no lo podía creer. Le regalamos una camiseta y nos sacamos varias fotos. Más tarde le prepararon unos tacos mexicanos y nos pusimos a comer todos, a compartir, todo muy buena onda. Y para cerrar nos invitó después a ver su show al Movistar Arena, así que imagínate, una experiencia muy linda.