Entrevista | Ex jugador de la U y directivo del Puebla le pone fichas a Pablo Parra en Colo Colo

Carlos “Búfalo” Poblete tiene confianza que la última contratación de los albos pueda retomar su nivel y vuelva a la Selección Chilena. “Pablito tiene la calidad suficiente y necesaria para esta renovación que todos los chilenos vemos y que necesita nuestra Selección”, dice desde México,

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Carlos Poblete, más conocido como el Búfalo en sus años que defendió la camiseta de Universidad de Chile en la década de los 80, está radicado en México desde 1986. Ese año, llegó a tierras aztecas para jugar por el Puebla, donde hizo una buena dupla con el Mortero Jorge Aravena.

Poblete lleva 38 años por esos lares. “Cuando llegué a México me di cuenta que me quedaría. De hecho, cuando llevaba un año acá le dije a mi papá que trataría de quedarme acá. Son de esas oportunidades que uno tiene en la vida. Y estoy cerca de cumplir 40 años desde que me vine en marzo de 1986 desde Chile”, comenta el ex jugador, quien mantiene un amor por Universidad de Chile y por el Puebla, club en el que se desempeña como director deportivo.

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Precisamente como directivo del cuadro mexicano, Poblete habla de la nueva contratación de Colo Colo, Pablo Parra, quien llegó desde el Puebla al cuadro albo, que por estos días trata de sobreponerse luego de la humillante eliminación de la Copa Sudamericana ante América Mineiro de Brasil.

“Fue una oportunidad que salió para él. Lamentable, en el último año, después de un buen comienzo cuando estaba Nicolás Larcamón, tuvo un par de lesiones que no le permitieron tener continuidad que se necesita para establecerse en un club y con la llegada de Eduardo Arce, quien fue ayudante de Larcamón, no tuvo continuidad.

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- ¿Por qué decidieron dejar partir a Pablo Parra, Carlos?

Se tomó la decisión por una reducción de los extranjeros que tenía el equipo. Uno siempre trabaja de la mano del cuerpo técnico y se dio le dio la chance para buscar una posibilidad de jugar en otra institución. Ahora llegó a un equipo grande, uno de los más grandes del fútbol chileno. Nos da mucho gusto por él y esperamos que pueda tener una buena estadía en esa institución.

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- ¿Cómo fue el negocio entre Colo Colo y Puebla?

Para ser honestos, no me meto en esos asuntos. Él tenía contrato vigente y llegó a un acuerdo con las personas que están dedicadas con los dineros del club. Él tenía contrato y llegó a un acuerdo para poder salir libre. Desconozco si existe una posibilidad de venta o seguimos siendo dueños de su carta, pero nos da mucho gusto en lo personal porque es un paisano. Ojalá tuviera la mejor performance, pero las lesiones no lo dejaron tranquilo y esperar que retome el nivel que tiene. Pablito es un gran jugador y creo que para él que lo vean de cerca tendrá la posibilidad de volver a la Selección. Estuvo en algunas convocatorias y ojalá que pueda tener esa posibilidad y que Chile llegue al Mundial y esté considerado en ese plantel.

- Las lesiones le pasaron la cuenta también.

Él sufrió, primero, un problema en la espalda y un poco de pubitis (pubalgia). Tiene la calidad suficiente y necesaria para esta renovación que todos los chilenos vemos y que necesita nuestra Selección, luego que esa Generación Dorada nos hiciera vibrar. Pablo tiene la calidad para defender nuestra camiseta nacional.

- ¿En qué posición del campo lo ve en Colo Colo? ¿Puntero o creador?

Es un volante externo, como le dicen ahora. Un volante por fuera de buen golpe de balón más que un extremo. Es un volante con llegada y que se desempeña bien por fuera. Siempre jugar en un equipo grande, que tienen buenos planteles para competir, a cualquier jugador le va a venir bien y le deseo todo el éxito a Pablito.

- ¿Y usted cómo lo ha hecho para vivir tantos años en México?

Muy bien, llevo casi 40 años, conocí a mi esposa (Karla) acá y tengo tres hijos. No fue fácil el inicio. Recuerdo que después de una gira que hicimos con la Selección, a cargo de Pedro Morales, por Norteamérica me vieron en México y me fui en marzo de 1986 de la U y llegué a Puebla, donde no tuve una buena temporada. Después jugué en la franquicia del Puebla, un equipo llamado Ángeles de Puebla, donde tuve una gran temporada, aunque al equipo le fue maoma no más. Nos salvamos del descenso, pero eso me sirvió para tener excelentes años jugando años después en el Puebla con Jorge Aravena, con el Flaco (Óscar) Rojas y bajo el mando de Pedro García, con quien hicimos un gran campeonato, pero no salimos campeones. Ya después ganamos todo con el Puebla.

- ¿Por qué le dicen Búfalo?

Ese sobrenombre me lo puso Moisés Vennekool, el utilero de la U que falleció hace unos años. Moisés me puso Búfalo. Como siempre conducía el balón o jugaba con la cabeza baja, me decía pareces un búfalo cuando juegas. Levanta la cabeza me decía nuestro querido Moisés.

Su frustrado regreso a Universidad de Chile

Carlos Poblete no jugó muchos años en la U, pero su poderío en la portería rival hizo que muchos añoraban con su retorno, situación que nunca se pudo dar, aunque hubo un acercamiento en 1991, situación que se concretó por temas económicos y porque tampoco existió una oferta formal de la U.

- ¿Nunca se dio la chance de jugar en la U?

Una vez me habló el Chuncho (Jaime) Barrera, ex dirigente de la U, para una posible vuelta, algo que me hubiera gustado, pero no se dio. Estaba bien en México, así que no se dio, pero siempre recuerdo con mucho cariño a mi querida Universidad de Chile, donde hice mis primeros pasos en el profesionalismo luego de jugar tanto tiempo en el colegio Calasanz y en La Cañada en La Reina. Jugábamos con el Tincho (Martín) Gálvez, donde él era la estrella y yo jugaba de central. En el barrio lo hacía de delantero. Pero mi mamá siempre me dijo que tenía que terminar el cuarto medio si pensaba jugar en la U. Le hice caso, di la Prueba de Aptitud Académica (PAA) y quedé en el físico, donde estudiamos con varios futbolistas.

- Pero usted se probó, quedó y lo echaron de la U.

A fines de 1980 me dejaron ir a probarme y quedé. Armando Tobar estaba a cargo de las series menores y el Tata (Fernando) Riera era el entrenador. Quedé, pero todo quedó en nada porque el Tata se fue cuando vendieron a Alberto Quintano a la UC. Entonces quedamos en el aire porque Ulises Ramos no nos conocía y nos echaron. Me fui hecho mierda para la casa, así que me dediqué a estudiar. A los meses, el Chico (Héctor) Hoffens, que también estaba estudiando me conocía y me dice “vamos hueón a entrenar, estái puro huevando”. Ahí volví y estaba nuevamente el Tata Riera. Ya el ‘82 me tenían como delantero y debuté en un partido con Colo Colo en Pedrero por las juveniles. Marqué un gol, pero perdimos. Con la llegada de Locutín (Luis Santibánez) no tuve mucha participación. Además que antes que yo estaba el Lolo (Eleodoro) Cornejo, el Lulo (Jorge Socías), Sandrino (Castec) y (Néstor) Di Luca. Me quisieron mandar a préstamo, pero preferí quedarme para seguir estudiando en el físico. Me la comí callado no más.

- ¿Y cuándo juega de zaguero central?

Faltaba un central y don Ulises Ramos preguntó quién puede jugar de central, levanté la mano y me probaron. Manuel Pellegrini estaba con líos contractuales y estaba el Burro (Luis) Mosquera y Héctor Díaz. Al final, yo era titular y Mosquera con el Flaco disputaban el otro puesto. Me cagaba de la risa.

- Fue entonces cuando marcó a Carlos Caszely en un clásico.

Al ídolo Carlos Humberto, como le llamaba mi viejito. El único consuelo que tuve en ese clásico (16 de septiembre de 1984) fue que me eligieron la figura del partido y me dieron una crema de afeitar Williams. Ese día había anulado todo el partido al ídolo (Caszely) y en una jugada, al final, viene un centro de Chupete (Luis) Hormazábal y el Burro Mosquera marcó mal a (Severino) Vasconcelos y este se la bajó a Caszely y nos clavó. Debí ir de otra manera, pero nos anotaron. Lo había anulado, pero a Carlos no le podías dar ventaja.

- ¿Quién ganó el clásico?

Colo Colo... Después llegó en 1985 el Turco (Luis) Ibarra y me dijo que yo era delantero. Ahí comenzó mi historia y eso me llevó a México. La U perdió como 60 goles con la partida mía, del Tincho (Martín Gálvez) y de Mariano (Puyol). En marzo de 1986 ya estaba en el Puebla. El resto de la historia la conocen. Tras el retiro, fui auxiliar de entrenadores y también tuve un cargo en la gobernación de Puebla.

- ¿No lamenta terminar su carrera en Chile y en la U?

Siempre quise volver, pero no se dio. Estuve en O’Higgins, pero ya estaba en la parte final de mi carrera. Además que la U estaba pasando por momentos complicados después del descenso, pero no se dio. Y acá en México me establecí. Yo cuando me fui de la U los juveniles ganábamos 20 mil pesos. No sé cuánto sería hoy.

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