La Universidad Católica Femenina fue una de las grandes sorpresas este 2023. El equipo dirigido por el español Ángel Hualde logró meterse en la postemporada del Campeonato Nacional al finalizar en el séptimo lugar con 20 unidades, lo que les permitió ser el último cuadro clasificado a la fase donde se pelea por el título.
Un importante logro por donde se le mire, y más considerando que el proceso “cruzado” partió con 15 jugadoras desvinculadas a principio de año, lo que causó polémica en el fútfem nacional.
Helaine de Grange, sub-gerente del Fútbol Femenino en la UC, conversó con En Cancha de este y otros temas.
La exjugadora explica su proyecto en San Carlos de Apoquindo, el épico triunfo de las “Cruzadas” ante la Universidad de Chile y cuándo prevé que el conjunto precordillerano pueda pelearle de igual a igual a las azules, Colo Colo y Santiago Morning, las grandes de la categoría.
-¿Cómo te tomas el actual momento de la UC?
Con cautela y mucha humildad. Esto es tan solo un paso dentro del proyecto a cinco años que tenemos. Esta temporada en particular tenemos el objetivo de quedar sextas o quintas en la Tabla de Posiciones general. No estamos buscando ser campeonas de inmediato porque sabemos que esto es un proceso que requiere tiempo y trabajo, y aún tenemos mucho por desarrollar para llegar a competir con los grandes en las posiciones de arriba. Vamos día a día, esto es trabajo constante. Tuvimos una primera parte de torneo bien compleja, nos costó mucho obtener resultados, y por lo mismo no sentimos que ya ganamos todo. Al contrario, nos queda mucho por trabajar.
-Este proceso comenzó a principio de año y de manera algo polémica. Se tuvo que desvincular a 15 jugadoras del Primer Equipo y eso generó bastante ruido. ¿Cómo recuerdas ese episodio?
Siempre es duro recibir tantas críticas y sobre todo cuando se enfocan en las decisiones que se van tomando, pero la verdad es que siempre estuve tranquila porque, a mi juicio, y también con el respaldo del club, eran las decisiones correctas para ir sacando adelante este proyecto. Cuando hay cambios muy profundos, que implican transformaciones culturales, de estructuras, de formas de trabajo, obviamente que hay sacudidas fuertes y eso genera resistencia y oposición. Era esperable, aunque no pensé que me iba a afectar tanto. Creo que en ese momento me di cuenta de la repercusión que tiene este cargo. Tenía la certeza entonces de que íbamos por el camino correcto y hoy aún más lo sigo creyendo.
-Hubo críticas de las propias futbolistas despedidas que apuntaban a tu favoritismo por algunas jugadoras y hasta se llegó a hablar de represalia del club contra los que apoyaron la huelga de trabajadores...
Es parte del proceso. Me quedo con la tranquilidad de que todas las decisiones fueron netamente deportivas. Todo eso ya está superado y ahora seguimos avanzando.
-¿En qué consiste el proyecto que están implementando en la rama femenina de la Universidad Católica?
Este proyecto contemplaba el 2022 como un año de diagnóstico y decisiones, y el 2023 con el 2024 los consideramos años de transición. Ya en 2025, 2026 y 2027 esperamos la consolidación de un método que nos dé buenos resultados, a menos en esta primera etapa, porque la profesionalización completa de la actividad requiere mucho más tiempo, pues no depende solo de un club en particular, sino que de todo un ecosistema.
-¿Y para cuándo esperan consolidar sus canteras para nutrirse de ellas como lo hace el fútbol masculino por ejemplo?
Es que ya lo hacemos. Si bien tenemos solo dos categorías inferiores, la Sub-16 y la Sub-19, está en carpeta el desarrollo de una categoría Sub-13.
-¿Y alcanza? Los hombres tienen 11 divisiones menores.
Evidentemente no, pero hoy podemos decir que ya nos estamos nutriendo de ellas. Puedes ver a Catalina Figueroa, Tali Rovner, Agustina Heyermann, Gali Espinoza, todas canteranas, y son jugadoras importantes, con experiencia en la Selección, algunas mundialistas incluso en la Copa del Mundo Sub-17 de India. Vaitiare Pardo con apenas 15 años ya está sumando minutos con la categoría adulta y hasta ha hecho goles y dado asistencias. Claro, el club a nivel masculino está asociado a su cantera, pero en la rama femenina también estamos dando esos pasos.
-Ahí le sacan partido a las Escuelas de Fútbol también, ¿no?
Sí, de hecho son muy importantes. Todas las jugadoras que mencioné vienen de ellas y nuestra intención es, a corto plazo, desarrollar un método de captación aún más robusto para poder trabajar con chicas a muy temprana edad y comenzar a guiarlas de mejor manera, proyectándolas a una eventual Sub-13 y desde allí visualizarlas y prepararlas para la categoría adulta.
Esperando por San Carlos de Apoquindo y el épico triunfo ante la U
-Han jugado partidos en el Estadio Santiago Bueras este año y otros en el Complejo Raimundo Tupper en San Carlos de Apoquindo. ¿Han conversado con la dirigencia para utilizar el nuevo estadio cuando esté listo?
Sí, totalmente. Es más, parte fundamental de este proyecto tiene que ver con habilitar las mejores instalaciones del club para el fútbol femenino de manera indefinida. Todas las gerencias y el directorio está convencido de que así debe ser y vamos en esa dirección. La cancha del Complejo está en perfectas condiciones, nada que decir, pero por ahí el Santiago Bueras le quedaba algo lejos a varias jugadoras y era complicado. Además, el fútbol es bien de cábalas y allí no nos fue tan bien, je. No logramos sumar puntos de local, pero al menos podemos decir que le ganamos a la U.
-Ese triunfo 3-2 ante la U fue épico. ¿Cómo lo viviste?
Con mucho nervio. Me encontraba en Francia en ese momento y lo vi vía streaming. La verdad es que me la sufrí toda. Me agarraba la cabeza, se me iba el aire viendo cada minuto pasar. Fue una alegría enorme. El equipo planteó un muy buen partido, independiente de que se fuera perdiendo 2-0. Yo sentía que la estrategia estaba funcionando y que en el segundo tiempo iban a venir los goles. Obviamente no intuía el resultado final, pero sí me gustaba mucho lo que estaba viendo.
-Y llegó el gol en el último suspiro del partido...
Fue un broche final perfecto. Minuto 10 del descuento y Millaray (Cortés) nos dio una alegría tremenda. No pude haber gritado más, me emocioné mucho. No esperaba que ocurriera algo así y el fútbol te da estas sorpresas. Fue un envión anímico que además nos recuerda que vamos por el buen camino.
-Te sigue emocionando...
Sí, sobre todo por las jugadoras. Tienen mucho amor por lo que están haciendo. Algunas ya están contratadas, pero otras están en proceso todavía, y esto es una apuesta grande por parte de ellas. Me alegra por el esfuerzo de las futbolistas, del cuerpo técnico, de todos quienes hacen un trabajo invisible. Vamos bien, esto es un camino largo que poco a poco generará consecuencias positivas.
-¿Qué tal ha andado Ángel Hualde? ¿Cómo se ha adaptado a nuestra idiosincrasia primero y después al fútbol que se practica en Chile?
Bien. Es un DT que cumple con cualidades muy específicas que buscábamos para este proyecto. Naturalmente que venir desde Europa a acá hizo que tuviera un tiempo de adaptación, pero fue bueno porque venía con el chip del alto rendimiento de allá. Pasó por Ecuador y eso lo hizo conocer más la cultura latina y eso es importante. Tiene dos facetas que son claves para nosotros: el ámbito formativo y el competitivo. Se ha ido adaptando bien y las jugadoras lo tienen bien considerado.
-Él sí que empezó de cero, por lo que lograr lo que ha logrado hasta ahora tiene doble mérito...
Sí, el plantel ha ido engranándose más y más. Es todo un proceso. Muchos pueden mirar desde fuera y decir al principio que esto no estaba funcionando, pero la verdad es que se ha trabajado silenciosamente de manera muy buena con las categorías menores también. Hay una comunión que ha hecho que, de a poquitito, el equipo vaya acoplándose. Hubo un cambio de plantel importante y no es fácil obtener resultados cuando las jugadoras recién se están conociendo entre sí.
-¿Ponerse a la par de Colo Colo, Universidad de Chile o Santiago Morning es algo factible a corto plazo?
Es un proceso. El hecho de haberle ganado a la U habla de un muy buen trabajo de las jugadoras y del cuerpo técnico, pero no hay que confiarse. Somos conscientes de que aún nos falta, debemos mejorar en muchos aspectos. Más que igualar a los equipos grandes, hoy en día nuestro objetivo es incomodarlos. Hay que ser cautelosos y prudentes. No podemos pensar que ya mañana les vamos a competir de igual a igual.
-¿Qué reflexión haces del fútbol femenino en Chile? Hay partidos que no tienen árbitros, otros se suspenden por falta de ambulancias o porque las jugadoras no están debidamente inscritas...
Es el reflejo de que la profesionalización no pasa solamente por los contratos. Hay una estructura, sí, pero requiere seguir trabajándose y puliéndose. Debe haber una visión mucho más exhaustiva que nos permita tener un funcionamiento impecable y serio, y aquí hay muchos actores que están involucrados: clubes, ANFP, medios de comunicación incluso... Hay todo un ecosistema que necesita ser revisado y hacerse las preguntas de manera honesta: ¿hacia dónde queremos ir? ¿Qué queremos lograr? ¿Qué queremos desarrollar? Eso hicimos en Católica al menos, donde decidimos trabajar desde las bases, desde las estructuras que ya estaban, porque si nos quedábamos felices con que ya le hicimos contrato a algunas jugadoras, no íbamos a llegar a ninguna parte.