El 4 de julio de 2015 es una fecha imposible de olvidar para el hincha chileno. Un siglo de frustraciones, de penurias, de “casi-casis” y, en general, de tormentos futbolísticos llegaron a su fin con la obtención de la primera Copa América para las vitrinas nacionales.
Una gesta sobre la que se han escrito mil y una historias y que, pese al paso de los años, nunca será olvidada. El Estadio Nacional repleto, la poderosa Argentina de Lionel Messi y compañía en frente, el alivio inmenso tras el gol perdido por Gonzalo Higuaín en el último suspiro, el penal imperfectamente perfecto de Alexis Sánchez y el júbilo desatado por el primer trofeo continental.
Protagonistas de la historia hay muchos. Una generación de futbolistas imprescindibles y un cuerpo técnico que, más allá de cualquier consideración, entró a la historia grande de nuestro fútbol. Allí, en la maquinaria táctica de ese equipo, un personaje hacía sus primeras armas en la dirección técnica, como uno de los ayudantes de Jorge Sampaoli. Desde Argentina, Nicolás Diez acepta la invitación de En Cancha, para una conversación en exclusiva, en que además de rememorar la inolvidable hazaña de 2015, nos cuenta que está en pleno proceso de arrancar en solitario con su carrera como entrenador titular…
Vive en su país natal desde hace unos seis años, en los que siempre trabajó como dupla técnica con Sebastián Beccacece. “Estuvimos juntos hasta fines del año pasado, cuando decidí separarme de él y empezar mi propio camino. Era el momento justo para poder lanzarme solo a mi primera experiencia. Nos llevamos muy bien y le deseo lo mejor en España (Beccacece está actualmente en el Elche español). Tenía ganas de irse a Europa y se le dio la posibilidad”, cuenta.
Más allá de sus experiencias como integrante del staff técnico de la Selección, Diez tuvo un destacado paso como jugador por los pastos nacionales. “Tuve la oportunidad de estar tres años tanto en Everton como en O’Higgins y estoy muy agradecido. Everton me abrió las puertas de Chile, justo un equipo ascendido a Primera en 2004. Me dio la posibilidad de ser capitán del equipo, un referente, una hermosa ciudad y con gente muy cariñosa. Luego me tocó pasar a O´Higgins, que también venía recién ascendiendo y me acogieron muy bien. Peleamos campeonatos, justo agarramos la época en que Colo Colo y Audax Italiano eran muy fuertes; Colo Colo de Borghi era casi imbatible, pero llegamos a semifinales. Estoy muy agradecido con ambos clubes.
-En O´Higgins comenzó su relación con Jorge Sampaoli…
-Estuvimos con Sampaoli y con Beccacece en O´Higgins. Teníamos muy buena comunicación y cuando llegaron a la Selección les faltaba un segundo ayudante. Sebastián me llamó, yo llevaba unos 8 o 9 meses retirado, viaje a Chile y se armó un muy buen grupo de trabajo… Luego, el Mundial, la Copa América y lo que la gente ya sabe.
El turbulento comienzo en la U
Una vez finalizado el vínculo entre Jorge Sampaoli y la Federación de Fútbol de Chile, a Nicolás Diez le correspondió buscar su rumbo en la dirección técnica y lo hizo como ayudante de Sebastián Beccacece. Su primera experiencia, sin embargo, no fue del todo feliz, cuando a partir del Clausura 2016 asumieron en Universidad de Chile… Diez recuerda que, tras salir de la Selección, “Decidimos quedarnos en el país, porque conocíamos el medio y llevábamos buen tiempo ahí. Arrancamos de muy buena manera, con una goleada sobre O’Higgins (8-1) pero después no le encontramos mucho la vuelta. Fallamos en algunas decisiones. Era nuestra primera experiencia como cuerpo técnico y uno va a aprendiendo también. Después, en Argentina, mostramos una idea de juego más importante. Si bien teníamos un buen equipo en la U, nos faltó poder armar un grupo, nuestras exigencias eran muy extremas. Necesitábamos que la U fuera protagonista, pero bueno, estuvimos agradecidos de esa estar en ese gran club.
-¿Será que los dirigentes buscaban a un clon de Sampaoli, en vez de un entrenador con características propias?
-Más allá de que uno haya trabajado con un entrenador, es imposible copiarlo. Cada uno tiene su forma de dirigir, su pasión, diferentes personalidades. Cada club debe buscar al entrenador adecuado para el momento adecuado y con una línea de juego. El dirigente debería tener la misma línea que el entrenador, mantenerla, y a la larga eso dará sus réditos. Lo digo, porque en Defensa y Justicia, donde estuve mucho tiempo, el entrenador que va es de la misma línea y le va bien. No hay que buscar similitud en los técnicos, sino que buscar proyectos deportivos y luego elegir al entrenador.
-¿Quizás eso le ha pasado la cuenta a la Selección Chilena también? Estar siempre pensando en “traer a uno que se parezca a”…
-No estoy en el día a día con la dirigencia allá, pero estoy seguro de que ellos han tratado de buscar a entrenadores con similitudes con Bielsa o con Sampaoli. Luego vino Pizzi que le fue bien, pero se tuvo que ir… Hay que buscar un técnico que tenga disciplina, que entienda al jugador chileno, la idiosincrasia, que lo sepa tratar y el “Toto” (Eduardo Berizzo) es muy bueno, ha salido campeón en Chile, conoce el fútbol de allá, trabajó en otra selección y tiene la experiencia para remontar estos dos mundiales en que se han quedado afuera. Necesita que el proyecto subsista más allá del resultado. Han dado en la tecla esta vez.
-¿No cree que Chile se ha quedado atrás respecto de las otras selecciones sudamericanas, en cuanto a formación o en la aparición de nuevos talentos?
-Hay países como Ecuador, que han evolucionado mucho. No tanto Perú… De Chile siempre han salido jugadores, ahora como Guillermo Maripán, Diego Valdés, Sebastián Vegas, muchos que han salido de Católica. Hay que dejar que trabajen, no compararlos con nadie, y esperar que Chile vuelva a los logros que tuvo antes. Argentina estuvo mucho tiempo sin ganar nada, le tocó ahora, pero estuvo sin siquiera ganar una Copa América. Hay ciclos que hay que esperar, tener paciencia, porque no todo será ¡ya! ni igual a lo que pasó…
-¿Cómo vivió íntimamente la final de la Copa América?
-Habíamos hecho un trabajo muy profundo, una previa para enfrentar a Argentina muy buena. La estrategia de Jorge y Sebastián fue espectacular. Fue un partido parejo, difícil, pero que pudimos controlar. El recuerdo de un grupo de jugadores que quedó en la historia, pues fue el primer título que ganó Chile y eso no se olvida; a nosotros tampoco nos lo saca nadie, sobre todo por cómo disfrutó el país. Son momentos imborrables, más allá de que haya sido contra Argentina.
-¿Cuándo se dieron cuenta como cuerpo técnico de que realmente era posible ganar la Copa América?
-Preparamos esa Copa América con la idea de ganarla. Habíamos trabajado extraordinariamente bien desde un mes antes, que habíamos estado concentrados. Habíamos trabajado cada partido al detalle. Chile en esa Copa tuvo un camino excelente, con gran juego, sometiendo al rival, y más allá de que la final no haya sido tan bien jugada, por las presiones que tenían ambas selecciones, haber ganado y darle una alegría al pueblo chileno quedó en la memoria de todos.
-Sirvió también la experiencia del Mundial…
-Ahí nos dimos cuenta de que estábamos para competir con los mejores. Sometimos a España, que era el campeón del mundo y si bien con Holanda (Países Bajos) se perdió, fue apenas en pelotas paradas. Después vino Brasil, que era el local, y los llevamos a una tanda de penales. En el alargue lo pudimos ganar y nos dimos cuenta de que estábamos para competir con cualquiera. Contra cualquier selección nos plantábamos. Hubo partidos espectaculares, como con Inglaterra en Wembley o con la misma Alemania.
Nicolás Diez y su primer vuelo en solitario
Nicolás Diez ya se siente capacitado para encabezar un cuerpo técnico y en estos momentos se encuentra a la espera de su primera oportunidad como DT. “Estoy esperando una posibilidad. Siempre la primera tarda un poco más, pero tengo la tranquilidad de haber estado 10 años como asistente y me siento preparado para esta nueva experiencia. He tenido algunas charlas, pero concretas no muchas. A principios de año, viajé a Santiago y me reuní con la gente de O’Higgins, pero luego se decidieron por otro técnico. Siempre estoy siguiendo el fútbol chileno y el argentino.
-¿Dónde le gustaría comenzar su carrera como entrenador?
-No tengo predilección. Me gustaría empezar en mi país o en Chile. Son lugares que conozco, donde viví y sé como es el jugador, los equipos. Allí podría desarrollarme mucho mejor, porque si conoces el país, te adaptas más fácilmente.
-¿Algún equipo en particular? ¿Everton u O’Higgins, por ejemplo, donde dejó tan gratos recuerdos?
-Claro que me gustaría el día de mañana dirigir en los equipos donde jugué. Hoy, tengo un gran amigo, Francisco Meneghini, dirigiendo en Everton; él trabajó con nosotros, con Jorge, con Sebastián. Y en O’Higgins está Pablo de Muner, a quien conozco desde hace mucho tiempo. Uno tiene muy buenos recuerdos de los equipos a los que defendió, pero hay que respetar el trabajo de los colegas y más si son personas conocidas…
-Y, por el contrario, ¿A qué equipo jamás dirigiría?
-Uno no puede hablar de antemano, porque capaz que cierre puertas. Estoy esperando y viendo qué posibilidades hay. Uno tiene ganas de trabajar, de conducir, de estar dentro de la cancha…
-¿Los equipos grandes de Chile, entran en sus expectativas?
-Los grandes de Chile son todos atractivos. Conozco mucho a los tres clubes. Tanto Colo Colo, como la U y Católica luchan siempre en el torneo. Si bien la U no lo ha pasado bien en los últimos años, tiene una convocatoria impresionante. Colo Colo y Católica han ganado mucho recientemente y compiten a nivel internacional… Sin embargo, siempre digo que para llegar a esos equipos hay que adquirir la experiencia suficiente para poder dirigirlos. Uno debe empezar con equipos de menos convocatoria, hacer su camino, y que el día de mañana pueda lograr llegar algún club grande, de Chile o de donde sea.
-¿Qué ofrece usted como entrenador?
-Mi idea es tratar de tener un equipo que protagonice, que pueda jugar en campo rival, que sea agresivo a la hora de recuperar y, después, los sistemas tácticos que utilice irán variando de acuerdo con el sistema del rival y con los jugadores que tenga. Me siento preparado. Uno va haciendo camino, consiguiendo experiencia y después va teniendo su propia impronta. No se debe copiar a otros, sino hacer lo que uno sienta dentro de la cancha y en cada entrenamiento. Esa es la idea más clara…