Marcelo Cañete es flamante refuerzo de Santiago Wanderers. El “Chelo”, que tuvo un tormentoso paso por la Universidad de Chile, ya se entrena en Valparaíso a la espera de su debut en la Primera B, y se da el tiempo para charlar con En Cancha.
“Ahora estoy feliz porque los últimos meses en la U fueron complicados, momentos de mucho estrés, y el hecho de ahora poder entrenarme con normalidad, a la par de mis compañeros, te hace cambiar la energía y el ánimo, y más si te encuentras con un grupo que te recibe tan bien. Fue todo rápido, espontáneo, pero es una etapa nueva la que estoy comenzando”, cuenta.
El volante argentino jugó 25 partidos vestido de azul y marcó dos goles. Más allá de esas cifras, no pudo hacerse dueño del mediocampo de la U, y en el club terminaron haciéndole la cruz, por lo que tuvo que salir a buscar minuto a Huachipato la última temporada.
¿Por qué dices que no la pasaste bien en la U?
El hecho que te digan que no vas a ser tenido en cuenta o de entrenar apartado del grupo... Eso te va generando esa tristeza de decir ‘la pu..., ¿Cómo puede ser? Si yo podría estar perfectamente ahí compitiendo’. Uno se siente menospreciado, esa es la realidad. En ese sentido, cualquier jugador la pasa mal, sea en la U o en cualquier club. No está bueno. A mí me tocó y tuve que ser fuerte porque había un contrato de por medio, y había que llegar a un acuerdo, que yo creo que se dilató mucho. Por suerte se llegó a un entendimiento donde ambas partes salieron beneficiadas.
Suena duro...
Sí, porque yo hasta tenía mi cabeza puesta en Argentina. Tenía el pensamiento de estar con mi familia, de entrenarme allá y de un día para el otro llegó esto. Es energía nueva y la tengo que aprovechar al máximo.
¿En qué términos te fuiste con la dirigencia?
La decisión de que no me tengan en cuenta es válida. Un poco la rabia de uno pasa por el hecho de no dejarme competir, por cortarte de una definitivamente. Si bien mi año en la U no fue el mejor, ese donde nos salvamos del descenso, fue malo para todos. Además fueron ocho meses solamente en mi caso, y uno siempre necesita un tiempo de adaptación.
¿Querías revancha en la U?
En mi cabeza tenía el pensamiento de que la pasamos mal, que zafamos, pero que el año que venía era el mío. Sé cómo es el club y cómo funciona, y que no te den la oportunidad de competir creo que pasó por cambios de dirigentes que, a la larga, terminaron influyendo en mi salida. Sé que cuando no se hace un gran año en este tipo de clubes a alguien le tiene que caer la culpa.
¿Sientes que se le cargó la mano a los experimentados? Ramón Arias y Joaquín Larrivey terminaron yéndose del club también...
Quedó a la vista, pero es normal. De los que pagamos los platos rotos no quedó ninguno, y a partir de ahí el trato no fue el mismo. Pero son cosas que nos toca vivir en este deporte, hay que ser fuerte y saber dónde estás parado.