Entrevista | Orlando Gutiérrez, el hermano de Felipe que es DT en Tercera División: "Ahora entiendo a sus entrenadores en la UC"

El exjugador y ahora entrenador habla con En Cancha acerca de su experiencia en Quintero Unido y de las discusiones que tiene con el volante de la UC. "Ahora entiendo a Cristián Paulucci y Ariel Holan", cuenta.

Orlando Gutiérrez, hermano de Felipe, la figura de la Universidad Católica, intenta abrirse paso como entrenador en el fútbol chileno.

Quien fuera futbolista profesional, jugando en elencos como Everton, Ñublense y Deportes Temuco, entre otros, cambió el switch y hoy reparte instrucciones desde el borde de la cancha.

¿Dónde lo hace? En Quintero Unido, conjunto de la Tercera División A que intenta destacar y enrielar su rumbo en búsqueda del sueño de la Segunda, aunque hoy, con apenas 7 puntos en 10 partidos jugados, el panorama sea algo oscuro.

¿Cuándo te picó el bichito de querer ser técnico?

Esto inicia desde muy temprano. Yo desde muy chico siempre tuve alma de entrenador. Cuando jugábamos de chico con Felipe en el barrio, como éramos los mas buenos, siempre nos separaban, no nos dejaban jugar juntos, y claro, todos querían jugar con él porque te aseguraba ganar siempre. Y yo, para tratar de que no ganara, buscaba piedras en la calle y me ponía a hacer una estrategia. Le decía a los otros chicos: 'Tú vas por acá, tú por allá, tú marca aquí... Y como conocía bien a Felipe, sabía por dónde había que tomarlo, y a veces ganábamos.

¿Y nunca te arrepentiste de no haber seguido jugando? Te retiraste a los 31 años...

No, ahora el ser entrenador es mi vocación plena. Si me preguntas si extraño el fútbol, sí, lo extraño. Me encantaría entrar a una cancha y sentirme jugador aún, pero con este paso que di estoy muy conforme. Sé que como profesional puedo dejar muchas más enseñanzas. Cuando eres jugador eres muy individualista, y ahora como técnico estás a cargo de 23 ó 30 personas, dependiendo del plantel y eso son otras responsabilidades. Pero me encanta, estoy contento, me gusta sentir esa presión.

Si antes le marcabas cosas a Felipe, me imagino ahora...

Sí, totalmente. Siempre fuimos autocríticos, y siempre nos decíamos en qué destacamos y en qué fallábamos en los partidos. Y hoy más que nunca. A veces Felipe se enoja conmigo y me dice que yo no lo entiendo. Y claro que no, porque ahora primero entiendo a sus entrenadores, a Paulucci, a Holan... Entiendo por qué hicieron lo que hicieron o por qué le dieron tal instrucción. Trato de darle una vuelta a eso. Uno como jugador quiere que lo entiendan, pero hay que pensar que el DT tiene mil cosas dándole vueltas en la cabeza, y con todo eso tienes que tomar una decisión. No somos genios, no tenemos una bola de cristal para crear un contexto en el que siempre se va a sentir cómodo un jugador. Lo que nosotros hacemos son apuestas, y hay dos opciones, te va bien o te va mal. Esa discusión linda con Felipe la hemos tenido siempre.

Tratando de levantar a Quintero Unido

¿Cómo llegaste a Quintero Unido?

Cuando Quintero estaba en Tercera B se dio la posibilidad de tomar el equipo por tres fechas, porque se había ido el técnico. Yo, todo agrandado, me las di de entrenador, hablé con el presidente y tomé el equipo. Al principio fue risa, obviamente, porque no me habían visto en esa faceta, pero ganamos dos partidos y perdimos uno. Después los chicos agarraron una racha linda y casi se meten a liguilla. Fue una experiencia muy linda.

Después de tu experiencia en Deportes Puerto Montt, volviste ahí a Quintero, donde llevas siete partidos a cargo, pero desde principio de temporada que estás sumando experiencia, porque fuiste ayudante técnico. ¿Qué tal la categoría?

Bien, yo la conozco como jugador y ahora como entrenador. Ha cambiado mucho. Hoy tú ves la infraestructura y las condiciones y parecen elencos de Segunda o Primera B. Hay elencos que invierten mucho para poder competir. Pero sigue siendo una división complicada, porque está un poco alejada de las luces, pero es linda igual, se juega bien fútbol. Nosotros enfrentamos a equipos que proponen y eso es bueno. Ricardo Rojas o Ricardo Lunari, por ejemplo, le han dado mucho prestigio a la división.

¿Y para qué está Quintero Unido?

Estamos peleando, pero nos falta igual mejorar muchas cosas. Somos un equipo pequeño que hoy por hoy está intentando salvar la categoría. En ese sentido, aspiramos a parecernos en el corto plazo a Ovalle, por ejemplo, que está peleando allá arriba y que viene con un proyecto bastante ambicioso. Nosotros estamos con otra idea por el momento, creciendo poco a poco, y la división nos permite eso. No somos los más malos, estoy seguro. Hemos perdido partidos porque hay planteles más ricos solamente, y eso te marca. Me daría mucha pena terminar descendiendo, porque siento que tenemos ese nivel para quedarnos en la categoría.

¿Cuál es tu máximo sueño como DT?

Tengo varios, hay hartas metas que quiero cumplir. El más grande de todos es ser algún día un técnico referente del fútbol chileno, lograr un estatus como el del profe (Manuel) Pellegrini y Fernando Riera, que lograron marcar diferencia en historia. Ojalá que algún día se hable de una idea o corriente futbolística mía, que haya una escuela Orlando Gutiérrez. Me encantaría eso.

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